Hace
unos días asistí a una conferencia magistral del científico Ginés
Morata en la que aportó datos sobre la teoría de la competición
celular que planteó hace años; tantos, como que tuve oportunidad de
explicarla en clase. Analizó las bases moleculares del combate que
entablan las células normales contra las tumorales que violentan los
tejidos sanos, aplicando la dialéctica opuesta a la que plantea la
parábola de la manzana podrida que malea al resto. Lo de la
indefensión de las unidades sanas se dará en las frutas porque para
que una célula cancerosa se haga con un tejido tiene que
conquistarlo a base de artillería pesada. Cuando una o varias
células que, por los motivos que sean (hay muchos y bien conocidos)
se malignizan, lo primero que se encuentran es la hostilidad del
entorno tocando a arrebato para movilizar a las células normales
contra el invasor. El mecanismo de acción está mediado por quinasas
que son enzimas especializadas en añadir o quitar el radical fosfato
en la terminal amino (N terminal) para activar o inhibir funciones.
En concreto, se trata de quinasas c-JUN N-terminal (JNK) que
responden a una serie de estímulos y que ponen en marcha la
apoptosis o destrucción celular programada.
Si
las cosas fueran así de sencillas la curación del cáncer y otras
enfermedades con base inflamatoria sería fácil, pero la complejidad
metabólica es asombrosa al tratarse de procesos coordinados entre
miles de sustratos que trabajan a gran velocidad. Esa dificultad de
entender el menudeo de la actividad celular da pie a que los
ignorantes se atrevan a simplificar cuestiones complejas, léase
nutrición, ofreciendo explicaciones fantásticas sin el conocimiento
necesario para saber de lo que hablan.
Los
investigadores trabajan con sistemas aislados extraídos de su
ambiente celular para hacerlos funcionar de manera muy simplificada
“in
vitro”
como está ocurriendo con el juicio del Procés en donde los
implicados cuentas lo que hicieron o dejaron de hacer el día de
marras, sin las presiones del ambiente en el que se produjeron los
hechos. Extrapolar resultados obtenidos en el tubo de ensayo al
organismo vivo es arriesgado porque lo que se hace en un diseño de
laboratorio es muy distinto de lo que puede ocurrir en un medio
abigarrado constreñido por circunstancias de las que la mayoría se
desconocen. De lo que se intuye al analizar de manera aislada los
moduladores que actúan sobre las enzimas que nos defienden de los
procesos tumorales se infiere que es mejor hacer ejercicio que no
hacerlo, estar delgado que obeso, no fumar a fumar, comer con mesura
a abusar, y esas cosas que se saben son saludables. En sociedad
también se sabe que es mejor cumplir la ley que conculcarla,
respetar al prójimo que insultarlo, pagar impuestos a evadirlos, ser
honrado a corrupto y en general optar por la generosidad en lugar del
egoísmo. Lo que se debería traducir en votar a la izquierda antes
que a las derechas.
CIRANO
Excelente y me recuerda aquello de "texto sin contexto truécase en pretexto"
ResponderEliminar