TERCERA SINFONÍA

Cuando Malher compuso la tercera sinfonía provocó aun más revuelo que con su anterior composición. La ya muy amplia y contestada sinfonía número dos, le añadió coros y mucho más metal, de forma que el ruido para los muy pocos acostumbrados oídos de los meló manos, se hizo muy confuso y despertó rechazo, pero no con la finalidad que buscaba el genial músico.

Escuchando la magistral composición me vino la idea de la confusión, esa que he padecido durante los meses de la gran revolución de las Cataluñas. Así me pregunté, ¿ porqué siempre hemos pensado en negativo ? ¿ Porqué la hemos bautizado como la gran dualidad? la de los buenos que han venido a salvar a los malos, que se han puesto revoltosos para tapar sus corruptelas.

Bueno pues quiero darle un enfoque muy diferente, porque los análisis al uso de los politólogos ya me aburren y no consigo que sea una explicación cognitiva, real y verdadera, como bien hizo Malher con el uso de las orquestas tan ampliadas.

Los catalanes llevan tiempo queriendo que las Españas se parezcan a sus Cataluñas, porque desean depurar y potenciar el mercado que le es tan útil . Pero como estos conservadores liderados por M. Rajoy son tan pesados y tan cortos de entendederas, que después de años de entrevistas para conseguir modificar la plantilla del capitalismo, sin haber conseguido resultado alguno por parte de ambos, decidieron forzar el hecho y provocar el DUI, con el resultado ya conocido. ¿Acaso no sabían los conservadores ultras lo que se estaba fraguando con el simulacro independentista? Pues yo creo que si, es más tanto lo sabían que achucharon para que aumentara la confusión y ellos pudieran controlar los resultados y estabilidad durante un buen puñado de años.

Así que ambos jugaban a la ceremonia de la confusión, unos buscando mejorar los resultados económicos y político y por el otro lado, comenzar a diseñar el dibujo sociológico y urbanístico de la futura región catalana.

Vamos que ni los independentistas querían fragmentar la piel de toro, ni los nacionalistas de las Españas deseaban que el país cogieran una deriva que perjudicara los necesarios beneficios que necesitan para saciar el capitalismo. Y es tal la cancamusa que sabiendo que los conservadores se iban hacer el hara-kiri siguieron para adelante para con cierto grado de habilidad acabar con el torpe comportamiento del partido, ya que el sustituto naranja ha demostrado su muy buen resultado. Parece que todo es una hábil maniobra política, pero seguro que como siempre, no satisface a ninguno, y como siempre suele ocurrir la izquierda sin saber por donde les viene los palos.

 INDALESIO