Desde
mi más tierna infancia he escuchado gestos y palabras despectivas
sobre la Política y sus consecuencias. En sus inicios porque así
nos lo mandaba el dictador con sus cooperantes y estamentos
colaboradores. Luego los herederos del Franquismo y tecnócratas de
las derechas más recalcitrante, por último los social liberales que
dieron el visto bueno a los proyectos de un futuro en el que vivimos
y del que estamos algunos muy arrepentidos.
Y
yo me digo, porque no queremos distinguir entre la Política y los
Políticos. Son dos paradigmas distintos, uno sirve como modelo para
las normas de comportamiento y acuerdos de los ciudadanos, y los
políticos que son los que gestionan los intereses de los ciudadanos
y es aquí donde falla el sistema. Las personas que se dedican a la
noble tarea de ponernos de acuerdos y los que gestionan los
patrimonios de los ciudadanos, son las que cometen los errores e
inician los fenómenos de la corrupción.
La
sociedad para que avance tiene que tener confrontación, porque ni se
mal venden las fuerzas productivas, ni los medios de producción los
regalan, pero esta confrontación junto con la de intereses de
clases, es la que hace avanzar nuestro imperfecto mundo.
Así
que lo que debemos mejorar es la catadura ética de nuestros
administradores y la forma de elegirlos mediante la democracia
directa en las circunscripciones locales, así se le podrá pedir
responsabilidades de forma directa.
Pero
por desgracia los partidos no le interesan esa visión de la
Política, les interesa des prestigiarlas para mejor y mayor
aprovechamiento de sus intereses, tanto de poder como económico. No
nos debemos engañar, ni caer en la trampa de que la política es
mierda, la política son nuestras pautas de comportamiento y se
tienen que poner en marcha con un cuidado exquisito, y nada de
interpretarlas con tribunales partidistas, si las normas y leyes
tienen mal funcionamiento, se debe plantear una reforma para
adecuarlas a los tiempos, pero nada de interpretarla.
Por
último no olvidemos que debemos votar, es la única manera de que
nuestra opinión salga a la luz del futuro. INDALESIO Abril 2017
DE LOCOS Y TRUANES
ResponderEliminarSi Don Quijote no fuera un loco sería un canalla. Liberar presos encadenados (no encarcelar corruptos viene a ser lo mismo) es un atentado contra el orden social. Achacar el trueque de los molinos a maniobra de encantadores (no reconocer la realidad es equiparable) es una tomadura de pelo. Las señales de tormenta no inquietan al mentecato. ¿Qué tiene que pasar para que los que hablan de quimeras (esa persona a la que se refiere, la propuesta que hice, la promesa que incumplí, donde dije digo…) reconozcan que se han equivocado? Don Quijote pensaba que hacía el bien ¿están nuestros políticos afectados por el mismo mal o son sencillamente unos canallas?
Que bien se mueve usted en estos terrenos señor Juan Patras. Siempre tuve la sensación que los tiempos de Don Quijote eran más rudos y más inocentes, desde luego los de ahora no hablan de quimeras actúan como lo que son, unos ladrones. Pero estoy de acuerdo con Indalesio se deben separar las ideas de los mangantes.
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