No todos los revoltosos
eran rojos ni todos los rojos eran revoltosos. Ya se ha comentado que
el principal baluarte del “nouveau style” de gestión
sanitaria era más bien azul, aunque el amarillo es un color que
nunca ha perdido vigencia en política. El viejo profesor tan
ponderado y tan filósofo él no se atrevía a confesarse ateo ni
marxista, se quedaba en agnóstico y socialdemócrata. De su savia
bebieron muchos jóvenes pretendidamente izquierdosos que se
asustaban del PC y que miraban de soslayo a los rojos por si tenían
rabo o le despuntaban cuernos. Cuando se jugó la apuesta entre
reforma o ruptura optaron por el disimulo sin definir si su decisión
era ideológica o práctica.
En vísperas de la
democracia llegaron a los hospitales de la Seguridad Social las
primeras camadas de facultativos formados por el sistema MIR.
Procedente de Madrid aterrizó en Málaga una respetable carga de
médicos de diversas especialidades que, además de contribuir a la
mejora del nivel científico, trajeron el aire de solvencia castiza
de la corte. Como al mismo tiempo se puso en marcha la Facultad de
Medicina vinieron sabios profesores de rancia estirpe a impartir su
ciencia en el establecimiento docente, de los que alguno, como el
obtuso Manantiales, se dio el gusto de derramar también su
magisterio en el hospital. Evaluado el rendimiento de cada grupo
pronto se vio que la clase de tropa, además de ser considerada buena
gente, aportaba mucho más al conocimiento y a la clínica que los
investidos. Tanto es así que fue llegar numerarios a la facultad y
dejar de alcanzar sus egresados las primeras plazas del MIR.
Bien es cierto que no
hace falta mucho esfuerzo para sentirse a gusto en nuestra tierra y
que aquí se exige poco a los visitantes para aceptarlos, pero el
personaje al que me refiero se hizo pronto “de querer” por
risueño y campechano. Quizás su único desliz fue adelantar su
marcha definitiva, a pesar de lo cual se le sigue echando de menos.
Es bien sabido que
cuando se disolvió el Partido Socialista Popular una parte de sus
militantes se fue con los socialistas y otra con los populares. De
ambas especímenes hubo ejemplos señalados: los progresistas se
inclinaron por el PSOE y los recalcitrantes se despojaron con gusto
de la vestimenta social para mezclarse con los suyos. A uno de estos,
especialista en tuberías y lo suficientemente tonto como para
presumir de inteligencia, le he escuchado repetir en más de una
ocasión eso de que si de joven no eres de izquierda es que no tienes
corazón y que si de mayor no eres de derechas es que no tienes
cerebro. Nuestro hombre era otra cosa, prototipo del militante del
PSP, fue más socialista que popular y actuó en consecuencia.
Participó sin alardes en un programa comprometido que pudo traerle
problemas con el que ayudó en silencio más que los que presumían
de siglas. Fue de los que escriben esa necesaria letra pequeña de la
historia que a la postre resulta definitiva.
CIRANO
Estimado Cirano tu finura como buen bloguero te impide no dar nombres sino generalizar, pero la cuestión es que se ha llegado a esta situación como consecuencia del trabajo organizativo y profesional de aquellos que como bien dices venían del apreciado MIR y muchos dejaron elcfonendocy el bisturí para engancharse al ordenador de la burocracia creyendo optimizar resultados en lo público y lo que han conseguido es una "escuela" convirtiendo al usuario de la sanidad pública en un elemento discordante de la cuenta de resultado que fue lo primero que convirtieron para comenzar a privatizar no sólo el bisturí, sino todo lo necesario para que convertir la sanidad pública en un primer intento comparándola con las privadas. Al final es un tumor que difícilmente tiene operación y más aún con elementos venidos de la política pero sin ideología honrada🍱
ResponderEliminarReflejas perfectamente, amigo Manolo, la realidad: de donde se viene y a lo que se ha llegado. Es lo que intento reflejar: cómo se hunde un servicio público que funcionaba bien para entregarlo a la privada libre de polvo y paja. La solución está en las urnas y ya sabemos por donde van los tiros.
EliminarMe acuerdo cuando os leo de un personaje conocido por muchos , era el compañero Paco Trujillo, pero en sus andanzas como sindicalista, ni siquiera cuando era profesor de la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales, en ésta el Trujillo no dejó de tener problemas pero no con sus alumnos , éstos le aplaudían cuando finalizaba cada año el curso, amaba la docencia . El problema lo tuvo con sus compañeros , profesores también, con esa actitud de algunos empleados públicos, que no hacian nada para contrarrestar la aparición de lo privado en el mundo universitario. El Paco siempre decía que ante una concurrencia en la docencia una privada y otra pública, él que apostaba por la publica decia que no bastaba con manifestarse utilizando solamente los discursos ideólogos sino que había que dedicarle un mayor esfuerzo en la dedicación, ya sea en cantidad sino también en calidad por los docentes . Termino comentando que sobre ésto último no pudo conseguir muchas adhesiones.
Eliminar