El término República
significa renovación, materialización de la igualdad, fraternidad y
libertad dentro de una legalidad aceptada por todos, porque la
cuestión pública es dinámica. Con la Monarquía se rinde tributo
al principio divino del poder y con la República ese principio se le
traspasa al pueblo. El hombre se organiza en sociedad porque es un
animal gremial que ha asumido la colaboración como estrategia de
supervivencia. La experiencia le ha enseñado que el grupo funciona
mejor cuando lo dirigen los individuos más dotados, los que alcanzan
autoridad moral, y que esa capacidad no viene adherida a una línea
hereditaria sino que emerge por azar muy ligada a la inteligencia.
Por su parte la ciencia ha demostrado que el intercambio de genes
afines es garantía de degeneración por lo que recomienda la mezcla
como instrumento de progreso evolutivo.
Si desde el punto de
vista biológico está claro que la selección mendeliana con la
misma línea seminal conduce a la conservación de caracteres
deleznables y no a la emergencia de mejoras significativas, la
experiencia ha demostrado lo peligroso que puede resultar dar el
poder a una saga que en el caso español repite una y otra vez los
mismos sesgos de chulería y desprecio a la sociedad a la que dice
servir. Por eso no se trata de una cuestión de derechas e izquierdas
sino de dignidad y de estética.
Es indigno que se
mantenga una monarquía impuesta por la dictadura, saltándose
incluso las leyes de la propia monarquía, como condición para un
lavado de cara tras el que se conserva la estructura de poder del
régimen fascista. Es de estética caduca que se ampare al inviolable
como símbolo de superioridad cuando todos los ciudadanos deben estar
sujetos a las leyes que ellos mismos se dictan. Privilegios para
nadie, reconocimiento a los honrados, justos y trabajadores,
persecución a los corruptos, menosprecio a los mentirosos, gloria a
la República.
Bravo, Cirano
ResponderEliminar