Así
quiero que entiendas que es mi nueva incursión en el mundo de las
situaciones políticas. Lo de situaciones no deja de ser una "butade",
ni quiero ni me interesa los análisis políticos, porque ni soy ni
me interesa ser analista. Mucho menos los análisis sociológicos que
nada concluyen, y menos los políticos que concluyendo para nada
interesan, salvo a mí por eso de la conciencia social.
Salgo
a la palestra para llamar la atención a uno cuantos amigos que
teniendo la paciencia de leer, tienen el atrevimiento de compartir
ideas para denunciar públicamente. Esa política podrida y
apestando como realmente apesta, a nadie parece preocupar ni
inquietar que nos encontremos sumergidos en sus recuentos de
intenciones de votos y en la justificación de algunas acciones de
carácter colectivo que juega con los intereses de todos los
ciudadanos.
Si
las actitudes de los responsables políticos de la derecha,
permitiendo que la corrupción de sus congéneres salgan de rositas
después de ser imputados, procesados y condenados, por mal camino
vamos. Si las negociaciones entre los diversos partidos políticos,
nos llevan a no cumplir lo pactado y a engañar al contrario, por
peor camino transitamos. Si las políticas puesta en marcha por los
habituales poseedores del poder, son cicateras, vacías de contenido
y tan ambiguas que para nada sirven, salvo que las interpreten el
tribunal constitucional, vamos deslizándonos por un precipicio cuyo
fondo esta muy lejos. Pero lo más curioso es que, la respuesta que
dan los políticos y partidos progresista, deja bastante que desear y
la reacción que ha producido es un deslizamiento ideológico hacia
el liberalismo de Locke con la salvedad de que se debería respetar
el estado y la propiedad privada, algo que solo sirve para alimentar
desaforadamente la propiedad particular del corrupto liberal.
Todos
los epítetos que se usen para descalificar a los que utilizan la
política como vehículo para sacar provecho y robar, son inútiles.
Terminan por manipularlos en su provecho e incorporarlo al catálogo
de las términos inoperantes y vacíos. Y permanecen ahí,
desmontando todas las acusaciones y desvirtuando los hechos más
evidentes que incluso están dictados por los tribunales más
competentes.
Mientras
los ciudadanos miran impertérritos como suceden los acontecimientos
de corrupción, como salen de rositas después de un periodo de
imputación y otros de condena, y nada pasa. Siguen, ya habituados,
siendo testigo de las fechorías y ni siquiera les castigan en el
momento supremo de la democracia, las votaciones. Lo cual parece que
la susodicha democracia para poco sirve, ya que nadie cumple las
reglas que sustentan los principios básicos de unas normas que
deberán ser modificadas por todos.
¿
Cómo si no disculpamos a la monarquía sus deslices y abusos?
¿Cómo
si no disculpamos a los partidos progresistas, su colaboracionismo
con los partidos conservadores radicales ?
¿Cómo
si no, los partidos que dicen ser de izquierda, caen en las mismas
contradicciones que los de derechas?
Y
así una larga listas de lamentaciones que además solo sirve para
habituarnos al mundo de la corrupción y a la falta de paradigma.
INDALESIO
Con la democracia está pasando como con los gorriones que están desapareciendo y no se sabe por qué, o mejor, no se quiere saber por qué. En el espacio de las redes las cosas ocurren con determinismo causa-efecto. Se recibe un mensaje y antes de leerlo se rebota. Cuando el contador de pases alcanza un número, se convierte en noticia por insistencia. Al tiempo que disminuyen los gorriones aumentan las plagas de mosquitos a los que se combate con pesticidas que no terminan con los insectos sino con los pájaros. El sistema educativo del PP tampoco acaba con la estupidez sino con los libros y con la filosofía y, de paso, con la democracia. Se protege el insulto y se ataca la reflexión, por eso creamos políticos que saben digerir dardos envenenados pero que son incapaces de analizar el entramado de los problemas. Ante la falta de explicación a fenómenos como el Brexit o Trump se culpa al sistema democrático cuando lo que está en crisis es el educativo. Si se fomenta una sociedad manipulable que no se proteste cuando se le manipula. España sigue siendo su caricatura: amenaza catalana, no pasarán madrileño y tronío andaluz. Lo malo es que la seriedad se queda en las bibliotecas y los intelectuales se la siguen cogiendo con papel de fumar. La última encuesta del FIS muestra que la derecha suma un 37% y la izquierda un 40%, eso contando con que el PSOE fuera de izquierdas.
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