Uno
de los hechos más trascendentes de nuestra vida es el
descubrimiento del proceso de la muerte, pero no el hecho individual
sino el concepto filosófico, como algo universal inescapable y
predeterminado. Y sera algo superior, porque toda nuestra vida es
solo el prologo a una muerte segura.
Mucho
se ha especulado sobre los entornos de esa muerte y mucho se han
ocultado para usarla como elemento de distorsión ideológica y
aplicación sobre intereses de dominación. La cultura de la Iglesia
esta llena de ideas y símbolos que se han usado como elemento de
represión y objetos de confusión ideológica, véase sino el uso de
la Resurrección con Lázaro y Dios como referencia de la fertilidad
.
Algunos
se preguntan como es posible someterse a pruebas de vida si no hay
escapatoria para la muerte, e incluso algunos aplican valores de
ancestros que hacían valer criterios como, “lo mejor es no nacer,
morir joven, y lo peor es vivir mucho tiempo”.
El
hombre de siglo XXI por contra sigue luchando con el aterrador vacío
de la extinción, usando la ingeniería genética, los trasplantes y
la gerontología para un horizonte de vida cercano a los ciento
veinte años, hasta un momento que como decía Rimbaud: “Yo soy
otro”.
Y
esa extraña costumbre que tienen los humanos de depuración nos ha
conducido a la exterminación de ingentes cantidades de personas en
guerras o huidas por limpieza étnica y pobreza.
En
el capitalismo de occidente la longevidad va en aumento, pero una
ancianidad repugnante con articulaciones doloridas, sentidos
disminuidos y orina que chorrea. Pero la debilidades del cuerpo no
son nada comparadas con las de la mente, las paradas de memorias
buscando alguna banalidad que tan potente eran, ahora se vuelven
débil, ineficaz y enfermiza. Miles de hombres y mujeres, soportan
esos últimos años mirando al vacío en salas con papeles en las
paredes, pacificados con telenovelas y tranquilizantes, esperando al
cuidador para limpiar su empapado trasero. Y solo los privilegiados
tendrán acceso a los mejores recursos, porque el ochenta por ciento
tendrá que recibir una asistencia no especializada y muy cara.
Pero
si no elegimos nuestro nacimiento porque no podemos elegir nuestra
muerte, La eutanasia, asumida las precauciones indispensables debe
volver como una opción básica, y solo así nuestro espíritu podrá
liberarse a los elementos. Solo entonces la muerte en verdad se
volverá una amiga, una invitada de honor incluso al rayar el alba (
Epicarnio)
GEORGE
STEINER
INDALESIO
Noviembre 2016
Aunque eres trágico no dejas de llevar razón en ese sentimiento que destilan tus poros. Demasiado elevado para lo tiempos que corren, pero siempre estará presente que debemos acabar cerrando la perilla de la luz. Ojala
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