Tantas veces se ha
hablado de la amistad que se ha convertido en un tema que oscilaba de
la cursilería al amaneramiento, lo cual le hizo desaparecer de su
uso habitual. Pero a través de la literatura encontré no solo su
enorme peso ético y estético, sino la enorme importancia de ponerlo
en práctica para su uso cotidiano.
Hemos llegado a encontrar
que la amistad se encuentra en menos lugares de los que siempre
pensamos, así por ejemplo no es cierto que en las relaciones de
pareja exista amistad, y menos cuando existen experiencias eróticas
continuadas, solo se alimenta de reconciliaciones y pasajeras
tolerancias. La destrucción del eros (amor) a manos de la amistad,
condiciona una metamorfosis al interior de la pareja que precisara
madurez y buena suerte para soportar ocasionalmente una condición
privilegiada.
No existe en la
literatura ninguna novela que convierta sus personajes de amantes en
amigos y ningún escritor se le ocurriría sin sobresaltos plantear
una acción que pase a una estabilidad de relación en la amistad ,
habiendo pasado por una apasionada vivencia del eros.
Las cartas de amor,
frecuente en algunos literatos, son pueriles y sin interés
filosófico y salvo algunas apasionadas y engañadas mujeres nadie
les da valor, interés y soflama. En cambio las cartas de amistad
están llenas de interés, de colaboración y de apasionamiento de la
razón, y forman un conjunto de epistemología tanto para el
conocimiento como para la producción científica.
En la juventud cuando las
manifestaciones de sentimientos son más poderosas, no existen o son
escasas uniones de amistad entre los distintos géneros, pudiendo
darse por contra comportamientos pueriles más cercanos al amor.
Una vez limitado los
campos de la amistad hemos de considerar que para que la amistad
exista, debemos saber conquistarla y después mantenerla, llenando
el espacio donde se mantienen lleno de cuidados y tolerancias para
que perdure, y por supuesto sin someterla constantemente a revisión
, aunque si a crítica. Solo a través de la amistad podemos y
debemos alegrarnos de las compensaciones que da la vida a los amigos,
y manifestar públicamente y sin limitaciones que de lo bueno que le
ocurre al amigo se debe uno alegrar sin cortapisas y sin
restricciones.
Por último debe
considerarse la amistad como un acto gratuito y profundamente
significativo de quienes están y militan en libertad.(G.STEINER )
INDALESIO Junio 2016
Hay amistad con caricias y amistad sin caricias. Amistad amorosa y amistad licenciosa. Amistad física y amistad intelectual. Amistad de cuerpo entero y amistad de medio pelo. Amistad sincera y amistad fingida. Amistad por interés y amistad interesante. Hay amistad para todos los gustos y de todas las intensidades. Amistad de mínimos y amistad de máximos. Amistad de pacotilla y amistad de pesetilla. Que me digan el mínimo exigido para considerar a una persona amiga y las tormentas que hay que aguantar para seguir considerándola amiga.
ResponderEliminarIndalesio buen discurso,, aunque tal vez necitaríamos afinar en amor y amistad. Conceptos tan próximos como diferentes.
ResponderEliminarLOs dos últimos párrafos de Indalesio considero que es " el mínimo exigido", o sea, una actitud básica de reconocimiento, validación, reciprocidad, sostenido por la compresión y el afecto. Con todo ello se pueden "aguantar las tormentas" y muy especialmente si uno no sacude la amistad con tormentas propias continuas, sino solo tormentas de verano.
No debe asustar la militancia en la libertad, al menos a mi no me produce inquietud. Y si, muchos tipos de amistad pero existe algo que decía era de gran relevancia, por la amistad se tiene que luchar, para conseguir una igualdad de clase y de confianza.
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