La política está siendo víctima de
la especialización, esa manera de simplificar lo que no es simple,
anulando el conocimiento transversal con el que despegó el
Renacimiento del monocultivo de la Escolástica. No es lo mismo
montar una escuela de fútbol para desarrollar la habilidad única
del manejo del balón con los pies, que hacerlo para formar líderes
con los que dirigir la complejidad social. La vida se aprende
viviéndola y dado que presenta tantos prismas, tantas facetas, no
hay más remedio que sumergirse en ella para aprehenderla. Separar a
los listillos de la clase y colocarlos en las listas de concejales
para que escalen el tenebroso muro de la política donde se usa más
la trampa y la zancadilla que la inteligencia, es preparar
energúmenos que acabarán dirigiendo la cosa pública de mala
manera.
Los primeros que ensayaron la táctica
de emplear a ciudadanos sin otro oficio ni beneficio que su
dedicación al partido fueron los socialistas que, a su vez, van a
ser los primeros en pagar las consecuencias de profesionalizar la
vida pública sin exigencias de talento ni honorabilidad. Algo que
viene a ser una manera perversa de privatizar el espacio común. Si
se monopoliza lo más público que existe en sociedad como es la
política (polis: ciudad o lugar de convivencia), ¿qué razones se
pueden esgrimir para oponerse a la privatización de todos y cada uno
de los componentes de la ciudad, de la vida en común?
La principal razón por la que nunca
he mirado con buenos ojos el liderazgo de Susana Díaz es por lo poco
que ofrece de preparación profesional, de experiencia dentro del
entramado de la ciudad, de sus oficios y de sus competencias. Quien
no haya demostrado saber o valer para un oficio o profesión con el
que ganarse la vida, carece de argumentos para convencer que sabrá
ocuparse de los problemas de todos. Por eso la ruptura del pacto de
gobierno que mantenía con IU levanta sospechas sobre si lo hace por
incompetencia o por intereses partidistas,
Cuando se rompe de manera unilateral
una convivencia sin razones aparentes, hay que indagar lo que
persigue quien violenta lo acordado. Está claro que lo que espera
alcanzar debe de ser mejor que lo que ya se posee. Susana Díaz
gobierna con comodidad y lo que se supone que busca con el desplante
es gobernar en mayoría. Pero la cuestión obvia a la que debe
responder es: ¿cree Susana Díaz que dejando sin concluir la
legislatura, pudiendo terminarla sin agobios, acumula méritos con
los que convencer a una mayoría de que lo va a hacer mejor que hasta
ahora? ¿qué otro escenario necesita para demostrar que es una buena
gobernanta? Su vida política ha transcurrido sin la necesidad de
tener que demostrar nada. Hasta ahora todo han sido facilidades y
parabienes. Sus adláteres afirman que es buena, incluso la mejor;
entonces ¿por qué no se dedica a demostrar el movimiento andando?
Puede que piense
que sería una locura darle tiempo a Podemos para que acabe de
comerle el terreno y que al paso que van las encuestas se de por
vencida antes de empezar la batalla. Puede que prefiera compartir el
poder con el PP antes que tener que afrontar el descabello que le
espera a su formación en las generales. Esta aceleración indica que
“en estos momentos no está degustando el porvenir” como lady
Macbeth y que lo único que pretende es mitigar la catástrofe que se
avecina. Al ser la política más intuición que ciencia no caben los
pronósticos sino las conjeturas. Así que por lo que se puede
especular, el adelanto electoral en Andalucía parece estar más
enfocado a parar a Podemos que a beneficiar al pueblo andaluz. Pero
si tanto teme el empuje de Podemos ¿por qué no pone en práctica,
ahora que puede, las propuestas de izquierda (socialistas) que los
otros predican? ¿Por qué no frena los desahucios, evita los cortes
de electricidad a los hogares asfixiados y helados, por qué no
restituye la sanidad y la enseñanza públicas por donde se desangra
el bipartidismo? ¿Por qué no se pone de parte de la sociedad obrera
atendiendo al título de cabecera de su partido?
Mal lo tiene Susana Díaz, pero peor lo tienen los andaluces porque
el miedo de los políticos profesionales a unos de aluvión, es como
si los médicos temieran el saber de los curanderos o a los tenistas
profesionales les asustara jugar contra los recoge pelotas. Parece
que intenta convencernos de que los directivos van a hacer mejor,
incómodos, dentro de dos meses, lo que pueden hacer ahora a sus
anchas. ¿Se necesita tensar tanto la cuerda para vender que se va a
gestionar bien la sanidad quien lleva décadas gestionándola mal?
¿Qué es lo que prometen hacer que no puedan hacer ahora? ¿Qué
pretenden salvar? ¿Se tiene que ver en las últimas para aplicar el
bálsamo o quizás guarda lo mejor para el postre? “Vencer con
trampa sí, pero sin parecer tramposo”. Me imagino que, como en el
cuento, se le va a morir el burro cuando se estaba acostumbrando a no
comer. A buenas horas mangas verdes.
CIRANO
Te felicito por la claridad expositiva de tu artículo.
ResponderEliminarSabias metáforas las del burro de ALDEBARAN, pero sin confiara demasiado en ella.Esto es lo que ocurre, unos confían en liberar el corazón de odio, dar más y vivir sencillamente, y otros queremos exigir que ya esta bien que somos esa parte de la película que se le llama Pueblo o ciudadanos y que exigimos por narices saber que es lo que realmente pasa en este país, queremos y exigimos saber en que nos gastamos los cuartos que depositamos. Quizás `para eso se han preparado los de PODEMOS en desmontar las mentiras y las estupideces.
ResponderEliminarSusana ten cuidado que te quemas, porque la etapa del silencio de los corderos ha terminado.
Lo que veo es que la política atrae a personas aficionadas a la pillería, dispuestas a dedicar mucho tiempo al trapicheo, ambiciosas y poco fiables. De momento no encuentro razones para hacer excepciones. Cuando Susana Díaz trata a los andaluces como si fueran estúpidos, lo que hace es reflejar la realidad de su entorno y piensa que el resto somos igual. La verdadera revolución hoy día es ser honrado, que los políticos alcancen el nivel de honradez de la clase media, porque la esencia del capitalismo se está revelando que es la corrupción. Y Podemos, ya veremos.
ResponderEliminarMajestuosa reflexión Cirano, que pretende aclarar el por qué de tamaña decisión de la presidenta andaluza.
ResponderEliminarSe ha adelantado al pistoletazo de salida, dejando clavado en los tacos al resto de participantes yel juez de pista ( los ciudadanos andaluces)a verlas venir.Veremos que sucede el 22 de Marzoy lo mejor de todo que tipo de coaliciones se inventan los intervinientes.Un saludo.
De Camaño.