Ya hace algunos años los analistas políticos y entendidos en la
evolución de los acontecimientos de nuestro país y entornos,
pronosticaron que el bipartidismo estaba acabado y que una nueva era
comenzaba a dar señales de vida, con la pluralidad como bandera y
dejando las iniciativas a las negociaciones. Todo nace de la
diversidad de manera de pensar de los ciudadanos, que cansados de la
alternancia de dos maneras vulgares de pensar, repartían la
soberanía entre los populares y los socialdemócratas. Pero no ha
sido una revolución, ha sido como suele ocurrir en nuestro país, un
proceso evolutivo para asegurarse el poder cada vez que hay nuevas
elecciones. Costara trabajo no lo duden por varios motivos, no existe
hábito de sobreponer los intereses personales, necesitan el poder
para confirmar que poseen la verdad y además para administrar
intereses bastardos en el terreno de la economía. ¿Pero cómo y
quien van hacer dejación de su vulgar formar de pensar? Según los
conservadores serán los tibios socialdemócratas, y según los
débiles socialistas los corruptos populares. La sociedad se ha
fragmentado en múltiples maneras de pensar y como consecuencia en
diversas formas de actuar, algo que se refleja en la composición del
parlamento, hecho que ya deben ir asumiendo todos los políticos.
Bien es verdad que aprender a dialogar es un ejercicio difícil que
no se aprende de un día a otro, pero en estos momentos se dan las
condiciones optimas para empezar a ejercitarlas. No sería el llevar
a la negociación el cuerpo ideológico, algo que la mayoría ignora
de que se trata, sino políticas concretas que beneficien a los más
necesitados en los aspectos básicos de la vida. Para conocer el
contenido de los intereses de los ciudadanos, lo primero será
aprender cuales son los intereses de la pluralidad social y
llevarlo a consenso al Parlamento para refrendar las iniciativas.
Seguro que tiene interés el adelgazar la administración para
conseguir cierta operatividad, y algo que me interesó personalmente,
la tolerancia. Desde luego el perfil del político tiene que ser
peculiar, porque se necesita una configuración especial de pensar y
actuar, y quizás utilizar las herramientas cognitivas y en menor
grado emotivas, como elementos de análisis crítico.
Así pues, seamos pragmáticos, dialoguemos y pensemos en los
intereses colectivos y olvidemos intereses de partidos y soberanías.
Saquemos al país de pozo donde entre todos los hemos metido.
INDALESIO
No hay comentarios:
Publicar un comentario