Lo
único que aporta originalidad a la vida es la evolución, pero lo
hace a ritmo tan lento que se necesita mucho tiempo para percatarse
de la novedad. A pesar de que es el único método que puede agenciar
nuevas formas, la originalidad
evolutiva
es imitativa, sobrepuesta o escalonada. Ni busca sorpresas ni se
arriesga; hace lo que le dejan hacer dentro de lo posible. Con ese
modelo de referencia no debe extrañar que el pensamiento moderno no
aporte nada nuevo y que las repeticiones, reincidencias y vuelta a
los orígenes estén a la orden del día. De ahí la afición al
reciclado de términos antiguos rebautizados con el prefijo neo o
post que muestran que no se acaba de superar la etapa a la que
aluden. Para dejar las cosas claras habría que conceder que el
presente es solo neo original.
Hablando
de oídas, sin argumentos estadísticos en los que apoyarme, pienso
que la trasformación de la sociedad sufre el mismo déficit de
originalidad, ya que los modelos se agotan sin aportar nada
sustancial. Un ejemplo puede ser la familia patriarcal que sobrevino
a la tribu. En la actualidad el número de familias reorganizadas se
acerca, si no es que supera, al de la familia tradicional. No son
extraños los casos en los que personas divorciadas aportan al nuevo
matrimonio uno o más hijos que conviven con hermanastros de uniones
anteriores. Una temporada en una casa con huéspedes de doble
procedencia, la siguiente en la del otro progenitor donde coinciden
con hijos de parejas antiguas que quizá arrastren descendencia de
otro cónyuge, etc. Redes más o menos tupidas y bastante corrientes,
que se parecen como dos gotas de agua a la estructura tribal que
pervive en países menos desarrollados. Junto a eso, la otra
población que aumenta de manera significativa es la de los
solitarios, con descendencia o sin ella, cuyos componentes no son
solo ancianos. Si la tendencia se consolida sería interesante que
los sociólogos explicaran las razones del viaje que se está
cerrando de tribu a tribu pasando por la familia patriarcal.
El
metabolismo celular se puede considerar una sociedad abigarrada donde
las moléculas reaccionan entre sí formando familias dinámicas de
corta duración por su alta tasa de renovación. En estos procesos,
de los que depende la vida, puede que ocurran muchos más errores que
aciertos sin que eso afecte a la fluidez de la ruta, ya que los
reactantes poseen gran facilidad para corregir los fallos primarios.
Equivocarse de entrada no es problema, lo malo es seguir la vía
errada empeñándose en mantener lo que no se puede.
Otra
característica de los sistemas orgánicos es su estructura
jerárquica. Los compuestos simétricos como los cristales tienen
pocas posibilidades de realizar trabajo. La actividad se enriquece
con la diversidad. Se piensa que el ADN al que se considera un
cristal fluido imitó la estructura periódica de la arcilla a la que
le imprimió actividad al introducirle jerarquía, seguramente en
torno a la adenina (la A del ADN y del ATP). Toda organización se
rige por fuerzas intrínsecas que establecen el orden necesario para
la realización de trabajo. De conocer y aceptar el talento rector
depende la solvencia de la formación. El dominio patriarcal quizá
haya funcionado en épocas donde se imponía por la fuerza que el
varón era superior a la hembra, pero una vez demostrado que eso no
siempre es así, la tendencia es hacia una institución más cercana
a la tribu que al dibujo prescrito por el sacramento del matrimonio.
También enseña que cuando la mujer tiene libertad de elección la
cosa se anima, porque la autonomía protege contra los caprichos del
entorno.
CIRANO
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