INFLAMACIÓN CRÓNICA






En el conocido (aunque no ponderado como merece) Hospital de batalla, se teoriza (teoría es visión en griego, según Lledó -me lo ha dicho mi amigo, el Prof. Antonio Chicharro-) sobre la posibilidad de que las únicas noxas que pueden producir enfermedad en los humanos han de ser de origen externo; ya que los organismos no conspiran contra ellos mismos. En la actualidad se acepta que la causa principal de las enfermedades crónicas es la inflamación, lo que no contradice la propuesta del autor de la novela citada, pues la inflamación es un proceso reactivo contra algo que el sistema inmune identifica como extraño. Venga de fuera o surja en la intimidad, la sustancia que provoca la inflamación es considerada ajena, por lo que las defensas interpretan su presencia como invasiva.
La teoría general de la inflamación quizá sirva para explicar no solo la etiología de las enfermedades crónicas, sino también la de los trastornos sociales que afectan a la democracia. Ocurre con este sistema de gobierno lo que sucedía en tiempos gloriosos con la creencia en el más allá. No se entiende que, si se está convencido por certeza firme de que llevando una vida ejemplar en este mundo se alcanza la gloria en el otro, se relaje el cumplimiento de los mandamientos que dan el pasaporte a la felicidad eterna. Más bien parece que, aunque gustaría que eso fuera cierto, pocos acaban de creer del todo que sea posible un premio tan desproporcionado y mucho menos los que lo patrocinan desde el púlpito. Los políticos tampoco parecen confiar en un sistema que otorga el poder a la sociedad, por lo que procuran disputarlo entre colegas y repartir el pastel en círculos pequeños donde los trozos alcancen a todos.
Otro factor que hay que tener en cuenta porque afecta tanto a lo físico como a lo psíquico es la inflamación crónica del ego humano derivada de sentirse el amo en la scala naturae. Hay que reconocer que la realidad biológica no ha calado aun en el subconsciente de buena parte de la sociedad, que sigue seducida por el halago con que cautivaron a sus ancestros las prédicas que los hacían hijos de Dios y no producto de la tierra como todo lo vivo. Mantener la supremacía espiritual inclina a destacar las diferencias entre semejantes y a rechazar lo que no se considera puro o idéntico. Esa es la causa de la inflamación social que surge en brotes agudos por parte de exaltados que manifiestan su patología en forma violenta, camuflada casi siempre entre retórica beata o panfletaria.
Para la inflamación orgánica se viene recomendando actividad física y para la inflamación social, actividad cívica. Las dos requieren esfuerzo y compromiso. Se trata de una propuesta de cambio de estilo de vida que ayude a ser más sociales y menos individualistas. Las desgracias, como la reciente ocurrida en Mallorca, estimulan la solidaridad que, aparte de vender bien, recuerda que la sociedad resulta del interés común por protegerse y ayudarse para la supervivencia. La cooperación era algo positivo antes de que el liberalismo la desprestigiara. Quienes siembran egoísmo a gritos de libertad deben entender que hay que estar a las duras y a las maduras.
CIRANO

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