MIEDOS





Diría el sabio que el miedo es una perturbación del animo por un riesgo real o imaginario, y bien que es verdad, ese riesgo común a todos los mortales, se manifiesta en la clase política como se podría manifestar en un escalador, cuando es consciente del peligro que corre en su aventura, se le encoje el ombligo y siente crisis de pánico que le atenaza en el mundo en que vive. Conocemos los diversos tipos de miedos, y nos permite justificarnos ante nuestro mundo para entender los comportamientos que nos condiciona los aciertos y errores que cometemos. Los más comunes son el miedo a la muerte, la perdida de autonomía, la soledad, el miedo a la mutilación y los daños y perjuicios al ego. Y aunque no soy muy dado a la clasificación de las fobias porque impiden las necesarias correcciones, he considerado que esas cinco son las más comunes y las que con mayor frecuencia se pueden modificar y orientar las para su corrección. De ellas, todas en común se dan en mayor o menor cuantía en los ciudadanos que se dedican a la política y todas son corregidas de una forma común, con engaño y con falsos comportamientos. Quizás lo más fácil sea el diagnostico, suele ocurrir cuando se plantea la segunda legislatura, allí siente la claustrofobia, el miedo a las alturas y las mutilaciones, solo evitan el miedo a la muerte, ese si que no lo plantean, lo dejan oculto para no verlo. Pero los demás están ahí, cuando se buscan sus orígenes se suelen encontrar ya que es imprescindible conocerlo para poder dar su solución.
En una reciente encuesta entre dos mil ciudadanos con dedicación a la política y como todos sabemos sin dedicación exclusiva ya que tienen otras fuentes de ingresos no declarables, el 70% se encuentran muy satisfecho de su situación, tanto por sus ingresos como por sus capacidades soberanas, y desean repetir en varias legislaturas para asegurarse un buen futuro . En esta encuesta igualmente aparecen solamente un 30% que ha sentido sensaciones y fobias con componentes de miedos, que han precisado tratamiento psícoterapéutico y que solo lo superaron con la administración de psicotropos o con el apoyo del Comité Central del partido donde han militado. Un addendum del informe suministra datos aclaratorios sobre lo que llaman la muerte del ego, muy relacionado con la desaprobación de la perdida de integración del ser, a saber la crisis de pánico que se producen cuando sienten peligro real o supuesto al ser descubierto/a con las manos en la masa que les dejó los sucesivos administradores de su Partido Político. Además ninguno de los políticos han sentido miedo neurótico porque no tienen relación con ninguna clase de peligro, les salva el aparato.
INDALESIO

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