He pasado
cuarenta y cinco años trabajando en la sanidad, tanto pública como
privada, con compatibilidad como no podía ser menos, aunque alguno
me lo reproche. Veinticinco de ellos como Jefe de Servicio y
responsable de una Unidad Clínica. Los últimos cinco de ellos en
disconformidad severa con las políticas puestas en prácticas por la
Gerencia del SAS, en especial lo mal que han gestionado la crisis
económica y sus recortes consecuentes. Ya advertí que el daño que
se hacia a la sanidad andaluza con los recortes tardaría el doble
de tiempo en recuperar, como así ha sido y sera. ¿Y ahora qué?
Bueno, la
generación que hemos puesto en marcha la sanidad andaluza esta
acabada físicamente porque está en su totalidad jubilada, así que
ahora le toca a las nuevas generaciones, y esa generación sabe mucho
de medicina pero menos de gestión clínica, así que atentos
compañeros tendréis que defender los intereses de los pacientes y
los intereses de los trabajadores de la Sanidad Pública, todo ello
aderezado con abundante dosis de política y gestión sanitaria.
Como los
gestores de la administración no se recatan en mirar solo para los
supuestos intereses de la empresa, toca abrir frentes para defender
los criterios que necesita esta nueva Sanidad Pública y que por
supuesto no van ha coincidir con los oficiales.
Cuando os
quieran vender que la gestión clínica solo quiere implicar a los
profesionales en la gestión de los centros sanitarios no les creáis,
os necesitan para poner en marcha las cadenas de mando. Cuando os
hablen de continuidad asistencial, quieren buscar disminuir costes
sanitarios. Cuando os cuenten la milonga de la organización del
trabajo, en realidad os están pidiendo obediencia. Por último la
satisfacción de los pacientes no saben de que va y como medirlo. Así
que os espera una larga lucha o al menos eso os deseo, y jamás
entréis en el desanimo ni en abandonar lo público, nosotros desde
la pasarela de jubilado estaremos viendo lo orgulloso que estamos de
vosotros.
INDALESIO

Sabiduria y lucidez que da la experiencia... y su correlato de consejos. Qué bien, Gran Indalesio
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