AQUELLOS ROJOS . Cuadro 16





El tiempo se manifiesta a través del cambio por lo que todo cambio se puede
interpretar como expresión del tiempo. En aquellos años cuando en España se hablaba
de cambio se aludía al político sin pensar, como pasa siempre, en el imperceptible
tránsito que acerca todo lo que existe a su destrucción. Se creía que progresar era
mejorar como si todo consistiera en recoger flores del campo. Luego vendría el
desencanto, pero un sábado por la mañana, la plana mayor de lo que se llamaba Mesa de
Médicos Jóvenes visitó, llena de entusiasmo, al prestigioso traumatólogo malagueño
Gustavo García Herrera con el propósito de ofrecerle la candidatura del Colegio de
Médicos que ellos patrocinaban. Los detalles de aquella desventura están recogidos en
la novela Hospital de Batalla escrita por uno de los componentes de dicha Mesa.
Se convocaron en la plaza alargada de El Limonar desde donde emprendieron a
pie el camino hacia Monte Sancha donde vivía su candidato. No queriendo presentarse
en tropel prefirieron andar un poco mientras decidían la estrategia que deberían usar
para convencer a tan eminente médico a que se prestara a hacer el ridículo que ellos
venían haciendo desde que pretendieron desplazar de la dirección del colegio a la masa
social sedimentada en la dictadura y enraizada hasta capas tan profundas que se
necesitaría para arrancarla fuerzas mucho más sólidas que las escuálidas ilusiones de
unos principiantes alentados por consignas del Partido Comunista de España.
Acudieron los de siempre, Cánovas al que le unía parentesco con el candidato,
Eubuleo, Filoagro, Fernando Jiménez, El Colorado y Manolo Arias que era el que más
conocimiento teórico tenía sobre el materialismo histórico. El Colorado, por el
contrario, era un zascandil que presumía de tener y haber tenido todos los carnets que le
ofrecieron. En el plano sexual opinaba que con las mujeres había que ir al grano porque
el no estaba asegurado de entrada. Ese desparpajo lo utilizó también en su carrera
política, nada tímida, que terminó, como se sabe, en el trasvase a la empresa privada
pasando del coro al caño sin mojarse ni sonrojarse, aunque sonrojara los principios que
decía defender. Andaban despacio animándose con payasadas cada vez que reconocían
la insensatez de la propuesta, ya que al principio no eran tan mentecatos como acabaron
siendo. La subida hacia el monte transcurría por calles tranquilas, poco transitadas,
bordeadas de casas con jardines. Desde las jambas de una puerta elegante dos enanos de
Blancanieves que jalonaban la entrada les llamaron la atención o más bien le sirvieron
de alivio a su falta de resolución.
- Mirad –dijo El Colorado- esos deben ser los famosos enanos infiltrados de los
que habla el régimen, ¿no nos estaremos metiendo en terreno peligroso?
- Los peligrosos somos nosotros –respondió Eubuleo- con esta pinta de
clandestinos que llevamos. Tampoco estamos haciendo nada malo.
- No, si no se trata de malo, se trata de absurdo –contestó Manolo Arias poniendo
un punto de sensatez- todavía no hemos aclarado lo que se le va a proponer, ni
quien va a hablar.
- Que hable Cánovas que es el que mejor lo conoce –asintieron todos.
- Ya le he comentado algo –aclaró Cánovas- y no esperéis que de saltos de
alegría, más bien creo que no va a aceptar.
- Entonces lo mejor será no molestarlo –intervino Filoagro con pausa- ya hemos
comentado que no responde al perfil que necesitamos.
- Ya que estamos aquí hablamos con él –propuso Fernando- siempre se aprende.
Seguro que nos dice cosas interesantes.
- No necesitamos cosas interesantes, lo que necesitamos es un candidato –terció
El Colorado.
- Bueno, ya hemos llegado –dijo Cánovas llamando a la puerta.
El que abriera la puerta una sirvienta uniformada acabó por descolocarlos ya que
ellos predicaban el desclasamiento sin aclarar en lo que consistía. Su idea era
democratizar el colegio de médicos como paso previo al socialismo. Un burgués con
servicio no era, precisamente, el modelo de presidente que habían imaginado, pero
Gustavo García Herrera además de educado era campechano y pronto se creó un clima
de compañerismo desde el que resultó lo más lógico del mundo la amable negativa con
la que agradeció el gran honor que le hacían pensando en él. No dio consejos ni sugirió
nombres, se interesó por el porvenir profesional de cada uno de ellos antes de sacar sus
conclusiones al comprobar que todos tenían las espaldas cubiertas con puestos en la
administración.
- ¿Qué queréis tomar? –ofreció el anfitrión haciéndole una seña a la criada para
que esperara.
- No queremos molestar… -Filoagro se disculpaba.
- No vengáis con cumplidos –contestó Gustavo- os voy a preparar unos mojitos
para refrescar las ideas, me han regalado un ron que dicen que es el mejor del
mundo, es de Guatemala y se llama Zacapa. ¿A que no lo conocéis a pesar de
vuestra preparación?
- No nos está permitido más que Havana club –respondió El Colorado- los demás
son capitalistas.
- Capitalistas –se reía Gustavo- y vosotros ¿qué sois?
- Somos trabajadores, o mejor dicho, funcionarios –intervino Eubuleo
manteniendo el tono distendido- del Estado, el patrón de todos.
- Ya os daréis cuenta de que el mejor patrón que se puede tener es uno mismo –
Gustavo escanciaba ron en los vasos donde había colocado unos hielos, lima,
jugo de limón, yerbabuena y unas gotas de angostura- el mundo no está
preparado para el socialismo. El error de Carlos Marx fue meterse en política. Se
puede estar de acuerdo en que lo que mueve la sociedad es el dinero y la lucha
por conseguirlo, pero de ahí a la dictadura del proletariado va un trecho.
- La teoría marxista sigue siendo válida –dijo Manolo Arias- lo que hay que pulir
es la praxis que quizás esté en un socialismo democrático que procure estrechar
las diferencias de clase.
- Pues yo soy partidario de los métodos expeditivos –contestó Cánovas- cuando se
encuentra un tumor hay que extirparlo, eso lo sabemos todos, porque si no se
come al tejido sano.
- No todos los tumores son extirpables –respondió Fernando Jiménez- y también
hay fármacos que los destruyen.
- De momento esa medicina no existe –dijo Eubuleo- los tumores son un ejemplo
de células que se tornan independientes y dejan de someterse a la disciplina del
organismo, son como el capitalismo que va a lo suyo caiga quien caiga.
- Lo que habría que buscar es un término medio –intervino con moderación
Filoagro- ningún sistema ha demostrado capacidad para resolver todos los
problemas.
- Pero este mojito está muy bueno –sancionó El Colorado- hay que reconocer que
los ricos viven mejor que los pobres.
- No se puede negar que el buen ron sabe mejor que el peleón –dijo Manolo
Arias- el objetivo es elevar el nivel cultural del pueblo y que pueda acceder a los
privilegios de los que goza una minoría. No es reparto de bienes ni quema de
conventos…
- Que tampoco está de más –interrumpió El Colorado que ya estaba más que
contento.
- No, no se trata de eso –continuó Arias- el objetivo, como decía, es cambiar la
sociedad a través de la modificación de las líneas de fuerza.
- Sin que se caiga el edificio –apuntó Filoagro.
- ¿Creéis de verdad que vais a conseguir algo en el colegio?
- Contamos con muchos apoyos –contestaron a coro.
- Ya veremos lo que pasa a la hora de la verdad. En confianza os comento que ya
se ha votado en muchos pueblos.
- Pero si todavía no se han convocado las elecciones.
- No se habrán convocado pero ya hay mucho sobre cerrado con un nombre
dentro.
- Eso es con lo que hay que terminar.
- Eso es lo que da por terminada vuestra campaña.
- De todas formas hay que seguir.
- Se hace camino al andar.
- Al andar a tientas lo que se consiguen son golpes –sentenció El Colorado.
- Golpe a golpe, verso a verso…
- Muy poéticos os veo.
- Compromiso, compañero, compromiso.
- Me gusta como sois, creo que mejoraréis la cosas.
- Bueno, el colegio de médicos sigue siendo un modelo de sindicato vertical y por
esta vez no mejorará.
Se despidieron en armonía, satisfechos por el esfuerzo y decepcionados por el
resultado. A la salida concluyeron que había que ofrecerle la presidencia al Trenzas y
así lo hicieron.
CIRANO

4 comentarios:

  1. Gracias por refrescar la memoria, la historia en muchas ocasiones se olvida. ¿Porqué un grupo inquieto de jóvenes médicos se les ocurre la idea de apoderarse de la dirección del Colegio Médico? Esos médicos, ya viejos y cansados, no recuerdan que fue una idea para combatir el franquismo, y aunque el resultado fue malo, quedó siempre una impronta indeleble para la historia, aunque ya muy pocos la recuerden. Yo si les voté.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también los voté. Lo de viejos pase, pero cansados...

      Eliminar
  2. Bonito relato.. y qué magnífica experiencia grupal, aunque volvierais de Ronda sin un voto, ya los habían recogido para la otra candidatura, pero sí con unas cajitas de "Yemitas del Tajo"

    ResponderEliminar
  3. Espero se entienda esta última entrega de la saga Aquellos Rojos como homenaje a tres amigos queridos que ya no están entre nosotros

    ResponderEliminar