PERFIL HUMANO VII (y último)






Quizás se pueda decir que su estatura era media o quizás estándar, pelo rubiales y algo rizado. Ojos claros de mirada muy expresiva e interrogante, y andares peculiares de mucha decisión. Sabía que era un rojo, de esos que se crían en el campo de Gibraltar, y muy comprometido en asuntos sociales e incluso personales. Era casado y separado sin hijos, novia de poca valía pero entregada a su amado amante, siempre juntos y bisbiseando por compromisos personales. Le eché el ojo y pensé que podría servir para la causa, pasé su nombre y localización y al poco le hablaron, era útil y de recia formación y carácter. Juntos pusimos en marcha la plataforma para la defensa de los trabajadores del Gran Hospital. En poco tiempo estábamos presentes en todo los tajos, aunque menos en los profesionales sanitarios que optaron por sindicatos gremiales. El demostraba mucho interés sobre todo en aspectos teóricos y en sus términos más radicales, tanto que se ufanaba de su radicalismo Stalinista y en verdad lo era, tanto que lo aplicaba en su vida personal. Una tarde que habíamos quedado para resolver algunos aspectos de un supuesta huelga contra el dictador, me encontré con su compañera en su domicilio llorando. Habían discutido y se habían pasado en los calificativos, tanto que el le pidió la nulidad de su relación. Aquello acabó como el rosario de la aurora, no fue posible la re conciliación y se les veía que ambos habían sufrido mucho, pero el no daba su brazo a torcer y su postura era inflexible. Desde esos momentos las reuniones en la célula contaban con su presencia pero con una actitud diletante que hacían insufrible sus opiniones. Tanto que comenzó a repercutir sus actitudes y posicionamientos en el trabajo muy exigente que desempeñaba, y su igualmente intolerante jefe le pidió se fuera del tajo.
No quiso aceptar ayuda para frenar el posible traslado fuera de la provincia y aunque su jefe era poderoso, podíamos negociar algún intercambio. Hizo su equipaje y sin despedirse de nadie se fue con viento fresco a su lugar de origen. Le busqué por un asunto pendiente y no le encontré, incluso removí cielos y tierras pero fue inútil, me comentaron que después de algún tiempo de trabajo en su tierra se había ido a la guerrilla colombiana, pero nadie sabía nada de él. Su compañera se fue del Hospital y en la misma fecha desapareció sin dejar rastro.
Los busqué porque ayudaron mucho en mejorar los conocimientos de salud, ayudaron igualmente en desarrollar la conciencia de clase y en defender lo que siempre creímos eran los intereses de la sociedad más necesitada.

Nunca supe nada de ellos, ni incluso ahora que es difícil no caer en las redes de búsqueda. Solo quería saber de sus vidas y agradecerles su amistad.        INDALESIO Febrero 2017  

No hay comentarios:

Publicar un comentario