En los grupos políticos
y quizás en todas partes se dan dos tipos de actitudes frente a
quien muestra originalidad: o se le imita o se le contra imita.
Sancho acabó pareciéndose a Don Quijote. Por lo general se presta
poca atención a la educación mimética cuando la mayoría hace lo
que ve, como los carneros de Panurgo, y obedece al que manda. La
juventud se ha vuelto cómoda e indolente porque sus padres nos
volvimos cómodos e indolentes antes que ella. Aparte de la mera
imitación está el aprendizaje subliminal, esa cosecha que se recoge
sin necesidad de siembra y que Jung explicaba como inconsciente
colectivo. No es de extrañar que los jóvenes que respiraron
confianza durante los años de bonanza económica y el buen rollo del
Estado del Bienestar desplieguen ahora despreocupación e
indiferencia. ¿Les enseñamos que el dinero cuesta ganarlo como nos
inculcaron a nosotros? ¿Que el horario doméstico lo marcan los
padres y no la pandilla? Las dos o tres últimas generaciones de
clase media han crecido en la apariencia de que la vida se resuelve
sin esfuerzo ni disciplina. Estos padres permisivos fueron progres en
su juventud y alguno puede que pertenezca a la saga de aquellos rojos
de los que se viene hablando.
En los hospitales
existía una jerarquía orgánica y una jerarquía científica no
siempre aparejadas. La promoción personal y el talento a veces
siguen trayectorias divergentes. Cuando en los ochenta surgió,
además, una jerarquía política las zonas de influencia se
complicaron dando lugar a disidencias de distinta especie. En el
hospital en cuestión funcionaba una rutina articulada alrededor de
privilegios que emanaban del antiguo régimen. Su estructura se ha
mantenido arrastrando una ideología conservadora de clase. Los
socialistas tuvieron la oportunidad de cambiar el modelo híbrido
público-privado pero no supieron o no quisieron hacerlo. Les faltó
inteligencia para darse cuenta de que manteniendo la simbiosis
firmaban el certificado de defunción del sistema sanitario universal
y público. Aunque los actuales gestores, transmutados a liberales,
apuesten por su demolición, es posible que los primeros se creyeran
capaces de conseguir la cuadratura del círculo contentando a tirios
y a troyanos.
Aquí entra la paradoja
del personaje de hoy: profesional bien formado, cumplidor implacable,
científico con publicaciones de impacto, miembro del PC y de CCOO y
por la tarde consulta privada. Recuerda el apunte del diario de Kafka
el 2 de agosto de 1914: “Hoy Alemania ha declarado la guerra a
Rusia. Por la tarde fui a nadar”. No tiene nada que ver una cosa
con la otra, se puede nadar compungido como se puede trabajar por la
mañana para el servicio público y por la tarde para el negocio
privado sin conflicto de intereses, pero hay algo que rechina
tratándose de un rojo, como si los rodamientos tuvieran arena. Este
hombre participaba en asambleas con buen discurso, seguía las
consignas del partido, iba a las manifestaciones, se mojaba hasta
empaparse. Sus trabajos científicos muestran que fue uno de los
primeros en publicar en inglés. A pesar de las simpatías personales
y los buenos recuerdos que nos dejó debe evitarse ponerlo de
ejemplo. La legalidad es una cosa, la coherencia otra; y el que esté
libre de contradicciones que tire la primera piedra, empezando por el
relator.
No encuentro el nexo de unión entre la primera y segunda parte del relato. Empiezas hablando de mimetismo, juventud y progres de nuestra época y luego te ciñes al tema de la sanidad y a tu experiencia entre la jerarquía sanitaria, científica y política. Creo que el contenido te hubiera dado para dos relatos. Es mi opinión , pero como lo veo así, por eso te lo trasladó. Un abrazo.
ResponderEliminarNi mucho menos pretendo desarrollar las tres partes de la narrativa clásica, pero podría ser. El título, que centra el tema, hace referencia al tercer capítulo de una saga que trata de política sanitaria al comienzo de la democracia y debe tomarse como punto de partida. Planteamiento: ¿está relacionada la crisis actual con la ingenuidad (dejarse empapar por la realidad en lugar de intentar modificarla como es obligación de la izquierda) de los que hicieron de rojos en la transición? Nudo: La democracia introdujo en los hospitales el factor político al que no se estaba acostumbrado por lo que no se supo diferenciar lo público de lo privado. Desenlace: Fruto de esa falta de rigor es el caso que se presenta en el que se descubren las contradicciones que trae la ingenuidad en el manejo de situaciones políticas novedosas como eran la libertad y la democracia.
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