CREPÚSCULO




Todo ser humano debería tensar el espíritu para justificar su existencia al menos una vez en la vida. Atreverse a pensar sin esperanza y a plantear las preguntas que no tienen respuesta. Por algún resquicio entrará la luz. No es recurriendo a la fatalidad como se supera el miedo, sino interrogando al azar y añadiendo preguntas a las preguntas. La madurez se alcanza manteniendo la inquietud sin caer en el desánimo de la verdad. Cuando el soporte de la realidad es un axioma tan hueco como el capitalismo se vive en decadencia, en espera de que lleguen tiempos de no verdad, tiempos de duda, tiempos de conquista. Mientras tanto la razón obliga a recusar el mito del bien y del mal. Porque todo dogma esconde un engaño, toda proclama es una mentira. Lo que más mancha es lo que más reluce. Estas son las palabras que hay que decir. Sin miedo a las amenazas y a las promesas, a los premios y a los castigos, a la riqueza y a la pobreza. A lo único que hay que temer es al cancerbero que defiende la entrada de la caverna que esconde el enigma. Mientras se eluda la locura se estará en tinieblas. Esta es la receta: se parte el corazón como las avellanas para comer el fruto, se espera a que el perezoso tiempo se agite como el temblor del ala o como la fuerza de la sombra que oscurece el espacio para proteger la inocencia y se desliza uno en el silencio.

CIRANO

1 comentario:

  1. Te has puesto muy "intensito" como diría el propio Errejón. Pero me ha encantado lo de tensar el espiritu, una bonita idea. Mucho mejor que aquello de la espermorrea. Un abrazo Cirano.

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