La evolución no ha
seleccionado clones idénticos sino que ha derivado hacia la
diversidad en la individualidad pero no en la independencia. Los
humanos somos distintos pero necesarios, vivimos con los otros pero
en confluencia. El paso de manada a sociedad es fruto de la razón,
producto de la inteligencia. La Ilustración fue una apelación a la
razón para armonizar las diferencias biológicas. No por hijos de
Dios, no por bondades ni limosnas sino por acuerdo razonable entre
distintos, se construye la sociedad moderna. Se descubre que la paz
depara más beneficios para todos, que la guerra. La conclusión del
Renacimiento fue apostar por el diálogo intelectual en lugar del
enfrentamiento físico. Parecía que la democracia iba a ser un paso
en la evolución hacia el bienestar, el entendimiento y la
explotación racional de los recursos, pero el capitalismo impone una
condición que distorsiona: el objetivo del mercado es el beneficio y
el beneficio necesita diferencias.
La crisis que surgió
tras el hundimiento de la Unión Soviética desvela la contradicción
del sistema democrático capitalista. La democracia dice una cosa y
el capitalismo la contraria. La democracia propone igualdad de
oportunidades y el capitalismo selección entre selectos. La
democracia se define como gobierno del pueblo para el pueblo y el
capitalismo exige gobierno de élites para las élites. Ya no está
la excusa del comunismo ni la amenaza bolchevique, el capitalismo se
expresa con toda libertad y muestra todas sus cartas que vienen a
señalar una sola cosa: desigualdad. Sin desigualdad no hay
beneficios, sin consumidores no hay consumo, sin trabajadores no hay
producción, sin producción no hay riqueza ni progreso. El problema
está en el límite. ¿Hasta donde se pueden soportar la diferencias?
Los atentados suicidas
son lamentos desesperados de jóvenes que sienten en sus carnes la
desigualdad que ha impuesto el capitalismo con la explotación de sus
recursos. Eso que tanto duele en las tertulias cultas de occidente
cuando se ven destruir joyas arquitectónicas de la antigüedad es
una manera salvaje de protestar contra la injusticia. La historia
reciente muestra la marginación de la región más rica del mundo en
residuos fósiles con los que se alimenta el desarrollo industrial de
sus explotadores. Si las contradicciones han explotado en oriente no
es extraño que exploten también en occidente porque está más que
demostrado que la infección contamina lo sano y no al revés y la
noxa es la desigualdad: la democracia no avanza en base a la
desigualdad.
Esa
vía descabellada que viene ensayando Europa de austeridad para los
pobres y despilfarro para los ricos tendrá un punto de ruptura que
es más probable que sea violento que amable. El dinero que se retrae
en educación, sanidad, investigación engorda violencia sobre todo
si se destina a armas y a lujos que la población mundial no puede
sostener. En una sociedad mediatizada y entontecida hacen falta
líderes honrados e inteligentes porque lo que parece claro es que el
grupo no se moviliza para exigir responsabilidades menores sino que
aguanta hasta que explota exigiendo cabezas.
CIRANO
Buena reflexión, amigo Cirano. Y qué susto: espero que, tu bien fundada argumentación de final explosivo, sea prevenida, -estamos en un mayor nivel intelectual y emocional colectivo, menos manada, por tanto,- sea prevenida , digo, por los grupos de novedad epistemológica-social que siguen aguantando, a pesar de los aguaceros, al menos en Europa: Los jóvenes franceses (les enfants de la patrie), el últimamente dubitativo Corbyn, lo que representa el flamante nuevo alcalde transnacional de Londres, hasta el Beppo Grillo, sin olvidar nuestro Podemos, que con la experiencia reciente esperemos que aprenda que el enemigo, hoy por hoy, es omnipotente y que poquito a poco en consonancia con los anteriores referidos "se arriba lontano"
ResponderEliminarVeamos amigo Birlibirloque: las tecnologías informáticas que manejan los jóvenes son intuitivas y no utilizan silogismos del tipo: Mariano ampara a Luis que es un ladrón, luego Mariano es un ladrón. Pero los votantes del PP no saben de ordenadores, más bien se rigen por la cuenta de la vieja que cuando pierda un cuarto de su pensión le echará la culpa al demonio. Entramos en el terreno de ciencia confusa.
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