Existían
condiciones objetivas para declarar el año en curso, como año
electoral. Los politólogos sociales, eso que sondean el estado de
animo, avisaron de que la cosa no está bien, que existe cierto
regomello entre la ciudadanía, así que era necesario abrir la
válvula de escape, para bajar la presión social. Inmediatamente
ambos dos, los dos que son o han sido el centro de la gran mentira,
se ponen las pilas. Unos con mayor deseo y hambruna buscan una cara
agradable, y el otro remueve los fondos de armario y saca antiguallas
que aunque huelen al alcanfor, todavía si lo llevan al tinte puede
servirles.
Cada
fin de semana salen a la palestra y enarbolando banderas y gritos
adecuados, se insultan delante del personal, que con cara de
espantado asiste, a cambio de un bocadillo, al espectáculo sin
entender nada, como no podía ser menos.
Durante
la semana descansan, y renuevan la colección de agrias
descalificaciones, pero no por su iniciativa sino por los
especialistas, que preparan los nuevos discursos y la presión
mediática. Sacan y airean lo que ya no les sirve, uno a Lopez
Aguilar que parece usa la violencia en su entorno, y otro que levita sobre una enorme colección de empresas que no declaran nada, el señor
Rato. Rosa Diez dedicó
un corto espacio, para rellenar el trabajo de los currinches, como futuros aspirantes a rellenar los espacios políticos,como si eso
existiera. Uno masticando los restos de ese grupo UPyD, cómodo para
la señora Rosa Diez, que desaparecerá y que pasará a la esperanza
blanca Ciudadanos que con eso de ser unipersonal, lo tendrá difícil.
Pero que masticará para dividir, el amplio espectro de los herederos
del señor Aznar.
Queda
Podemos, que se ha quedado maniatado y silente esperando que por
alguna suerte le toqué la pedrea y defienda su posición, cuando
todos habíamos apostado porque sería el futuro.
Menos
mal que queda IU que aunque no sirve ni para aliarse con la Diaz,
salvara los votos contados de los que no soportamos esta terrible
incongruencia que parece ser la Democracia.
INDALESIO
Abril 2015
Cuando era pequeño tardé en entender lo que era la cuadratura del círculo. Tuve que enterarme primero de lo que era un cuadrado, de lo que era un círculo y en lo que consistía cuadrar un círculo. Ahora me cuesta entender lo de la democracia: un sistema que dice ser el gobierno del pueblo para el pueblo (como si dijéramos un cuadrado) pero que lo ejerce una minoría no del todo honrada (que se puede equiparar al círculo: no hay por donde cogerlo, es impenetrable y vicioso). Rentables cuadraturas de círculo han conseguido, por ejemplo, la Iglesia Católica que se dice de los pobres y ostenta uno de los imperios económicos más poderosos de la tierra y los Estados Democráticos que se dicen de todos y son de unos cuantos. El cómo han podido engañar a tanta gente durante tanto tiempo con tan poca enjundia esconde el secreto de la auténtica cuadratura del círculo: imposible desde el punto de vista teórico pero real como la muerte. Así que el único signo de lucidez que muestro a mis años es que estoy cada vez más desorientado.
ResponderEliminarRespecto a la caída de Podemos me parece que se lo ha ganado a pulso ya que ha salido airoso en su proceso de equiparación a los partidos tradicionales. Con el caso Errejón dejaron claro que saben ser pillos y tramposos; y con Monedero han demostrado que llegado el caso, también se mojan.
Buen análisis sintáctico, ojala muchos tengan esa capacidad de equiparar las situaciones. De todas formas siempre me queda la capacidad de sorpresa para cuando el parto sea una realidad. Comparto que la democracia ya se ha hecho una herramienta para el capital, que los derechos sociales van y vienen como la cumparsita, y que los movimientos sociales en vez de cuidarlos son ninguneados para que no molesten. Penoso
ResponderEliminarEstimados blogueros: Lo que no cuadra en ningún análisis serio del significado de la democracia, es el resultado actual de las últimas encuestas Demoscopicas, que incomprensiblemente, si la democracia es la forma de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la sociedad. Lo que significa en sentido estricto la democracia es una forma de organización del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes.
ResponderEliminarPero todo este sentido de la democracia choca con la realidad cuando el mecanismo de participación es la mayoría absoluta, lo que hace, en manos de dictadores potenciales con trajes de democracia, que el sistema sea prostituido y con el aparente mecanismo de participación, sea sólo un fachada de cartón piedra.
El Congreso de los Diputados de nuestro país, en estos casos de mayorías absolutas, no sirven más que para reafirmar sus ideologías que poco tienen que ver con la democracia. Es el decreto ley el eufemismo de democracia, como es el caso de los ultraconservadores españoles. Pero después de todos los recortes y despilfarros económicos, sociales y políticos, todavía las encuestas les dan mayoría porcentual, aunque ya no absoluta, cuando ya en conciencia y maduración política, deberían desaparecer del escenario político o a lo más en partidos residuales.
Lleva razón Indalesio, menos mal que queda I.U. ( le sigue un argumentarío real que reafirma ideas.
Bien , bien ya tenemos un punto de encuentro, La democracia es solo un modelo participativo y se debe evitar convertirlo en un dogma, como quieren algunos. Su utilización ha sido tan torticera que se ha desvirtuado su función. Respetemos su identificación y luchemos por evitar su manipulación.
ResponderEliminarTodo lo nuevo tiene un azaroso crecimiento, guantazos por doquier. Los de dentro pueden ser peores.Podemos si realmente es ese emergente de una necesidad colectiva aguantará el tipo a pesar de sus incursiones de casta. Si no , amigo Indalesio, espero que IU, en todo caso, haga el trabajo malabarista de la conjugación continuidad-cambio
ResponderEliminarCALLE DE DIRECCIÓN ÚNICA, página 24
ResponderEliminarABADA Editores 2011 Libro escrito en 1926
“Pobreza no es vileza”. Está muy bien. Pero ellos sin duda envilecen al pobre, Lo hacen, y lo consuelan con ese refrán. Uno de esos refranes que se podrían aceptar en otros tiempos, pero cuya fecha de caducidad llegó hace mucho. Igual que aquella frase brutal “El que no trabaje, que no coma”. Cuando había trabajo para dar de comer a la gente, existía también una pobreza que no envilecía a quien la padecía si su causa había sido una mala cosecha u otras desgracia. Pero si que envilece esa miseria en la que nacen millones de seres humanos y en la que acaban cayendo centenares de miles de personas que empobrecen. Hoy la suciedad y la miseria crecen en torno a ellos como muros construidos por manos invisibles. Y así como el individuo puede ir soportando muchas cosas, pero se avergüenza, con razón, cuando su mujer lo ve en esa situación y también ella tiene que aguantar muchas cosas, el individuo puede tolerar muchas de esas cosas si está solo, incluso puede tolerarlo todo mientras lo pueda ir ocultando. Más no podrá hacer la paz con la pobreza si ésta es una sombra gigantesca que cae sobre su pueblo y sobre su casa. Entonces deberá estar atento ante cualquier humillación que sufra, y deberá guardar la disciplina hasta que su sufrimiento ya abandone la dura cuesta que sigue su aflicción para tomar las sendas empinadas que van a desembocar en la revuelta. Pero ahora y aquí no hay esperanza mientras cada destino aterrador, cada destino oscuro, sea discutido en sus detalles una hora tras otra por la prensa, analizando en sus causas más ficticias y en sus más ficticias consecuencias, lo cual no nos ayuda a conocer las oscuras fuerzas a que nuestra vida está sujeta.