UN OSCURO OBJETO DEL DESEO







Hace quizás muchos años aprendí en el mundo del conocimiento, que el curso de la historia no se podía modificar, porque era ya historia, pero que el devenir estaba en nuestras manos. Froté las palmas y me puse ha trabajar. Con una pasión propia de mis escasos años me entregué ha intentar modificar lo establecido, que era feo, muy poco atractivo por su falta de uso del entendimiento y lleno de contradicciones.
Así que no me costo trabajo, cualquier cosa que nos trajera el devenir sería mejor. Pero yo tenía una pasión, me gustaba razonar, y al usar la dialéctica conseguía resultados analíticos muy satisfactorio. Así que me fui metiendo gradualmente en el materialismo. Su uso no solo era de orden práctico y personal, sino que me había metido tanto que me gustaba organizar seminarios para poder compartirlo con los demás.
Quizás en un principio olvidé aplicar un análisis crítico, pero tal era la insistencia del exterior incluso de personas que me merecían mucho respeto, que hice unos simulacros para validar la teoría marxista y me encontré que en la aplicación práctica existían muchos fallos. Me conmovió el hecho de que me movieran la base solida que creía tener, pero como ya la causa fundamental de mi implicación había desaparecido, y el Dictador había muerto en su jodida cama, pues organicé un silencio dinámico en mi soledad.
En sus inicios creí haber sido traicionado, y podía observar como todos abandonaban a gran velocidad nuestra trascendente herramienta de análisis. Pero yo soy tozudo, y decidí antes de abandonarlo hacer un repaso de la metodología. Con sorpresa encontré que muchas cosas seguían siendo de gran utilidad, que la historia enseña mucho y que siempre se tienen que revisar para aprender de ella, que para decidir sobre algo se debe realizar una antítesis para conseguir un conocimiento elaborado. Que lo de la lucha de clases se le puede cambiar de nombre pero no de significado, y que además no tiene porque tener un significado agresivo, sino que sencillamente para cambiar nos tenemos que implicar, por más que los conservadores desactiven permanentemente las confrontaciones y oculten que ellos no dan nada, sino que para conseguir poder hay que luchar por lograr una buena posición en el comedero.
Y me hice mayor. Y sabes, aún conservo ese ramalazo de materialismo, no lo he perdido. Así que cuando me encuentro con situaciones como las actuales, en la que los partidos predican que la ideología no tiene ninguna utilidad, se me revuelven las tripas. Cuando hablan de una gran coalición de los socialdemócratas y los ultra conservadores, me quedo pasmado. Cuando escuchó o leo que la república fue un desastre trasnochado que enfrentó a los españoles, me asombro hasta que punto puede llegar la ignorancia. Y cuando puedo leer lo del sentimiento práctico de cuerpo ideológico de Podemos, se me llena el corazón de congoja. No se debe sacrificar la consecución del poder al abandono del cuerpo ideológico, no todo vale para los materialistas, si es que acaso han decidido en asamblea que lo son.
Se que muchos me dirán que para que sirve una ideología que en su aplicación práctica resulta tan apuntada al fracaso y a la barbarie, pues si es verdad, no se ha conseguido realizar una puesta en escena que respeté la vida y el entendimiento de los ciudadanos, pero eso no justifica que no sea válida, sino que no se ha sabido hacerlo. Y además, ¿ acaso los neo conservadores lo han conseguido sin un coste de vidas y sufrimiento?. ¿No sera que los humanos somos difíciles de ser gobernados y debemos cambiar los valores de las relaciones interpersonales?
En nuestras manos están esas capacidades.



INDALESIO

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