APUESTA POR EL FLAMENCO
Nunca
habíamos hablado sobre flamenco, a pesar de que elgarrotin es un palo del bello
arte. Pero como no queremos estar en deuda, hemos recogido con la autorización
del autor una denuncia, que nos parece lo suficientemente sería e importante,
de cómo los políticos ningunean el saber y el arte popular, ese que es del
pueblo, no de los populares. Apostamos para buscar una solución que permita
continuar fomentando la cultura popular sin las ingerencias de los intolerantes
y los negados a las negociaciones.
EL EDITOR DEL GARROTIN
El flamenco en Sevilla está herido de muerte tras la
clausura, por parte de la Delegación de
Medio Ambiente, de la Peña Cultural
Flamenca Torres Macarena. A ella seguirán el resto de las peñas
flamencas sevillanas. Las peñas culturales
flamencas son entidades
sin ánimo de
lucro y tienen entre
sus fines velar
por la pureza
del flamenco y
propagar su enseñanza. No se
concibe un cantaor ni un guitarrista profesional que no haya pasado
horas y horas
en las tertulias
de las peñas,
escuchando cantes, aprendiendo
estilos, y fogueándose con el compás de la
guitarra, antes de subir por
primera vez a un escenario. El papel
fundamental que cumplieron históricamente los
patios vecinales y
los colmaos de
las ventas, lo
cubren ahora las peñas de aficionados. En las peñas flamencas, aulas de
la mejor cultura, ateneos de quien algo sabe y lo quiere decir sin más letras
que las de los cantes, no hay más alta voz
que la garganta del cantaor ni más acompañamiento que una guitarra, unas palmas
sordas y unos
nudillos en la
mesa. En ellas
campea un solo mandamiento: El que no sepa cantar que
escuche, saber escuchar es una arte. Un día el cantaor cantará con la voz que
tenga, otro la misma pena le ahoga su propio cante, pero canta; algún día no
estará “pa ná” pero al alba un golpe duro y seco de cazalla le arrancará las
entrañas con llanto de siguirillas.¿Y quién pone en artículos y sanciones esto?
Porque en esta tierra, en la que poco a poco va cayendo lo que nunca debió
caer, sí queda gente que sin preguntar uno a otro ni quién es ni qué quiere, se
sientan, se miran, se quejan, se ríen, y se cantan y se escuchan, en un diálogo
ancestral sobre amores,
perdones, vicios, celos, idas
y vueltas, traiciones, implorando
a su madre como niño inocente y desvalido -esto no es ruido, esto es
serio-. También quien viene a Sevilla
quiere ver y sentir todo esto. No dejemos que se vaya y no nos vayamos
nosotros, sin meditar otra vez lo que “a todos nos han cantao, en una noche de
cante, algo que nos ha matao”.Pues
bien, el Ayuntamiento
de Sevilla, con
su nueva Ordenanza
de Ruidos, se carga al que canta y al que escucha,
porque ya ninguno podrá hacer lo que saben. El flamenco no es ruido que
contamina, sino sentimiento que emociona. Sin embargo, por ley se considera a
las peñas flamencas como locales de
contaminación acústica, con
música en directo,
equiparándolo a cualquier
discoteca o bar de música con equipos
musicales de amplificación.
FERNANDO GARCIA ALARCON
Me parece muy acertada la idea del Editor de acoger la denuncia del ataque al cante, pero de ahí a que una ordenanza pueda matarlo hay mucho trecho. No conozco el problema y no se si se trata de retirar una subvención o de un ataque en toda regla. También habría que especificar si las peñas en cuestión son folklóricas o focos de cante jondo donde se cultivan las esencias. El canto es una manifestación cultural que puede que sea anterior al lenguaje. El cante jondo, por su parte, es una creación genuina de la Andalucía vieja con la que se mezclaron los aires litúrgicos de la Iglesia Católica, las melopeas árabes, la música judía y el aire gitano que es el que le da sabor. Pero gitanos hay por toda Europa y solo en el Andalucía se acercan al cante jondo. Con letras anónimas (de todos) y compases profundos, desgarrados, es el cante del pueblo: cantar del pueblo andaluz, cantar de esta tierra mía, que dijo Machado. Puede que se trate de un caso más de falta de sensibilidad del tándem PP-PSOE, pero querer parar al alma andaluza es demasiado y si se cierran las peñas quedan las tascas:
ResponderEliminarYo me llamo Curro Pulla
por la tierra y por el mar,
y en la puerta de la tasca
la piedra fundamental
Leí ayer El Garrotin, nombre flamenco por cierto, y hoy me he ido a la página de la peña de marras y en el encabezamiento dicen:
ResponderEliminar"Recibimos con alegría la nueva ORDENANZA CONTRA LA CONTAMINACION ACUSTICA, RUIDOS Y VIBRACIONES propuesta por la Delegación de Medio Ambiente del Excelentísimo Ayuntamiento de Sevilla. Después de más de 50 años de la existencia de las Peñas Flamenca en Andalucía, por fin un Ayuntamiento he demostrado tener sentido común en el tratamiento hacia esta Entidades Culturales que son sin ánimos de lucro y que suponen, más de 390 en toda Andalucía y solo en la capital de Sevilla hay 16 Federadas, y todas hemos sufrido en mayor o menor medida el problema que hace referencia estas Ordenanzas."
O sea, que no sé si quién escribió la defensa de la Peñas está bien informado o no, pero no da la impresión de que se trate de una agresión. Por otra parte, aunque mucho nos guste el flamenco y, más por ello, el cante es incompatible con el sueño. Yo, por ejemplo, no puedo oír "Nuestro Flamenco" que empieza a las 12 de la noche, porque me duermo. Otro tipo de ruido o sonido o música puede ser absolutamente insoportable y creo que hay que respetar el descanso de los sufridos ciudadanos.
Mucho más sin son viejos. Estoy de acuerdo con este comentario y aunque en mis tiempos los mejores cantes se decían de madrugá, entiendo el percal.
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