Es
un hecho que la sanidad es lo más perjudicado de esta crisis, ha tenido que
sacar de sus presupuestos una tercera parte del montante total. También es un
hecho que se ha adelgazado la plantilla de trabajadores sanitarios, entre los
jubilados y los no contratados más de 20.000. Para abundar más, los contratos
nuevos son precarios, 75% y limitados en el tiempo, y se estimulan a las plantillas para que practiquen la reducción de jornadas laborales.
Por último, porque sino sería interminable, la política de reducción de costes
es un autentico dislate, elaborado por gente inexperta, ignorante y resentida,
que practican algo ya conocido, lo barato suele terminar en caro, porque la
ausencia de calidad ha sido para abaratar costes y su uso, limitando a los
profesionales, se termina por desproporcionar y dar un mal uso asistencial.
Con
este panorama, el porvenir de la sanidad es indudable que será distinto. ¿Qué
modelo seguirá? Ningún partido político se ha definido, nadie habla, salvo generalidades,
de cual será la sanidad que nos espera en un futuro próximo. Parece evidente
que los conservadores quieren privatizar la asistencia sanitaria, genera muchos
recursos y tiene buenos negocios a la vista, es conocido por todos y ya a nadie
le extraña.
Los
socialdemócratas y neoliberales, quieren una sanidad eficaz pero que cueste
poco. Que los profesionales den más que lo que reciben, por eso del compromiso
ideológico, ¿pero cual es la ideología? ¿La intervención directa en todos los
estratos de la sanidad, para controlar a los profesionales? ¿El trabajo por
objetivos? Sistema ya agotado porque la escala de objetivos se esta
desmoronando, y ya nadie se atreve a saber cuando los objetivos son necesarios
y oportunos. En fin, más de lo mismo, siempre ha sido así, la duda, la
indefinición y la mala conciencia, pero necesitamos un segmento político fuerte
y convencido de lo que quiere, este país se lo exige señores socialdemócratas.
Quiero desde aquí hacer algunas
consideraciones para un futuro de la sanidad desde una perspectiva avanzada y necesariamente
de obligado cumplimiento:
-
Participación
de los profesionales de forma efectiva. Los profesionales deben asumir las
responsabilidades de lo que entienden, generar salud. Deben asesorar y ser
asesorados por los profesionales de la gestión que asumirán responsabilidades
paralelamente a los sanitarios.
-
Definir con
exactitud los márgenes y límites del Sistema público de salud. Que asistencia
queda fuera del Sistema Público y que ayudas precisan.
-
Nuevo marco
retributivo para los profesionales. Acabar con los contratos precarios y las
reducciones laborales. Retribuciones por carga efectiva de trabajo.
-
Descentralización
de la gestión. Las Unidades Clínicas serán para colectivamente asumir la toma
de decisiones, para corregir desviaciones y hacer del trabajo sanitario, un
escenario laboral dinámico con nociones de permanencia y confianza.
Absolutamente necesario traspasar la medicina basada en la Jerarquía
(obediencia) a la medicina del pensamiento crítico (evidencia). La gestión
clínica se legitima si el profesional acepta la transferencia de mayor riesgo
por mayor autonomía.
-
Gestión de
compras y planes de necesidades, elaborados con criterios de racionalidad y
utilidad pública, evitando caer en la
gestión por precios y en intereses espurios, y usando reformas estructurales
basadas exclusivamente en la austeridad.
Mi interés no es hacer un programa electoral, ni
siquiera considerar elementos de filosofía utilitarista, solo llamar la
atención en consideraciones que sean útiles en la Defensa de la Sanidad
Pública, llevando el debate tanto a los políticos como a la ciudadanía, para
conseguir transparencia de resultados, algo por lo que estoy dispuesto ha
luchar, para conseguir lograrla.
INDALESIO 7/07/2014
La medicina en la dictadura estaba sumergida en ese ambiente de corruptela elitista que envolvía a la burguesía española. Los médicos eran cortejados por los visitadores que les suministraban muestras gratuitas, los invitaban a congresos y les hacían regalos por Navidad. En muchos casos también se saldaban cuentas de resultados por fin de año. Los socialistas, que hasta entonces habían tenido que hablarle de usted al médico de su barrio, empezaron ofendiendo la dignidad de la profesión médica con declaraciones tan demagogas como falsas, sin darse cuenta que perdían la oportunidad de contar con un colectivo de profesionales vocacionales que lo único que quería era trabajar para mejorar la salud de sus vecinos. Cuando se hicieron con el poder en Andalucía, los dirigentes socialistas, lejos de acabar con los regalos de las casas comerciales exigieron ser ellos los principales beneficiarios. Que haya sido una farmacéutica quien financiara las obras del laboratorio de urgencias de Materno es algo que no se explica más que con la existencia de un contubernio mafioso entre administración y suministradores. El siguiente paso es traspasar la gestión de los hospitales públicos (de momento frenada por las movilizaciones de Madrid) a particulares entre los que se encontrará una amplia representación de directivos sanitarios como ya nos han mostrado con las ambulancias.
ResponderEliminarAcertada reflexión Juan Patras, es penoso pero no irreal que los que deberían corregir esas corruptelas se implicaron en ellas, hasta incluso estos momentos. Pero si pretendemos acabar con las malas artes en la gestión pública, se tiene que denunciar todo, absolutamente todo. Adelante
Eliminar