Por circunstancias que no vienen al caso aclarar, ha llegado a mis manos el esquema de la clase que impartió a un grupo de militantes, un conocido líder de una conocida fundación cuyas siglas son prescindibles. Doy fe de que estos papeles son tan auténticos como los libros plúmbeos que se conservan en el Monasterio del Sacro Monte de Granada, que fueron certificados por el propio Cervantes en la Segunda Parte del Quijote. Como se verá reúne una serie de ideas simples, como el propio caletre del personaje en cuestión, teñidas de un añil pajizo que recuerda las peores marinas de escolares de pago. Las trae enumeradas para no saltarse ninguna.
1. Lo primero que tiene que aprender el militante es a no reconocer otra verdad que la que diga el partido: consigna recibida, consigna repetida.
2. Para avanzar es necesario superar obstáculos. El obstáculo que menos resistencia ofrece es el que no existe. Lo que más incomoda en la contienda política es el talento, de ahí que haya que combatirlo con ahínco.
3. No busquéis a los enemigos entre la multitud, ir a por los solitarios, los que piensan son los peligrosos.
4. Esta es una formación de orden, que se rige por el sentido común y aunque ante los ojos de Dios todos somos iguales, a nivel de suelo nos vemos diferentes. En nuestra humildad debemos reconocer que existen ricos y pobres, de la misma manera que existen buenos y malos.
5. En los mandamientos queda claro la prohibición de robar, pero no se especifica en lo que consiste. Tampoco se dice nada acerca de la gestión de los bienes públicos ni que el beneficio del empresario perjudique al trabajador.
6. Hay que procurar no meter la pata, pero si se mete, desde luego, lo que hay que hacer es no sacarla.
7. Actúa siempre como si estuvieras en posesión de la verdad.
8. Al adversario, al que debe tratarse como enemigo, nunca hay que darle la razón y mucho menos cuando la tenga.
9. La mentira consciente es más responsable que la inconsciente. Pero en ningún caso hay que justificarla o reconocerla.
10. Al caído en desgracia se le apoya mientras se despeña, una vez en el suelo se utiliza como felpudo.
11. Al jefe se le debe admiración, respeto y obediencia.
12. No hay causas sino circunstancias. No hay objetivos sino logros.
13. Lo que es mío no es de los demás, tan importante es que yo tenga mucho como que los otros tengan poco. Todo es relativo.
14. Si das la mano, la gente se tomará el brazo. El liderazgo ha de ser distante. El populismo para los programas, los medios y los mítines.
15. Al prójimo hay que quererlo como Dios manda. Pero Dios nunca ha ordenado que te acerques a él. El pueblo huele mal y no se hace cargo.
16. Si Dios permite que haya pobres por algo será. No quieras enmendar la voluntad de Dios.
17. Por las buenas hay que conseguir lo que se pueda y por las malas todo lo demás.
18. No es necesario pensar, con obedecer es suficiente.
19. Como siempre habrá pobres y ricos, procura colocarte al lado de los ricos. Sigue con nosotros y si ya no lo eres terminarás siéndolo.
20. Si eres obediente triunfarás, pero si piensas por ti mismo no pasarás de escribir en El Garrotín.
Al final suena la melodía de una conocida canción que cantan a voz en grito:
¡Libertad! ¡Libertad!
Libertad sin ira,
eso es libertad.
Libertad sin pecado
eso es libertad
Libertad de mercado
¡Es la libertaaaaad!
(Bien, bien, aplausos)
CIRANO
Echo de menos: Exonera y serás exonerado.
ResponderEliminarPor lo demás, genial
Siempre se saltan las normas, son tan anarquistas que hasta se saltan las normas, perdón a los anarquistas. Saben tan claro lo que esperan y desean, que muchas veces sacan los cuchillos para asumir el poder, que buenos beneficios da.Eso no quita que algunos son honestos, otros algo tontos, y eso que no se pueden calificar son los peligrosos. El adalid de todos los actuales, quién esa? Tenía bigote y ahora un culo de pollo.
ResponderEliminarVéase artículo 10 y compruébese su aplicación:
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