CÁRCELES PERORES QUE POCILGAS







  No culpo al equipo periodístico, ni a la cadena que lo emite, al no poder dormir cuando sale en pantalla un capítulo de ENCARCELADOS.
La pregunta es ¿Como se puede consentir que niños con sus madres, otras jóvenes embarazadas y algunas no tanto, vivan en una institución de un Estado, en estos casos latinoamericanos, sin los elementos básicos de subsistencia como personas?. Visualizar que en 20 m2 y 3 de altura, vivan, mejor dijo malvivan 50 personas en cárceles que estaban diseñadas y construidas para 400 y están hacinadas hasta 1.500, donde además de unas condiciones higiénicas inexistentes y las que hay, son previo pago por su utilización a  las mafias carceleras de los propios presos o las de policías o funcionarios de prisiones, si eso se les puede llamar “prisión”., cuyos precios son deplorables. Hay que pagar por dormir en el suelo,  por cagar o mear, por comer bazofias, peores que los cerdos, con unos olores insoportables, según incluso denuncian los propios periodistas, sin ninguna atención médica y menos aún medicinas para que se puedan curar mínimamente de alguna pequeña enfermedad.
 Madres cuidando a sus hijos que hasta que cumplen cinco años están a su cuidado, después  ni se sabe donde los llevan, puestos que las condenas son altísimas, por delitos sobre todo por ser correo de las mafias de la drogas o pertenecientes a grupos violentos como son las maras en el caso de El Salvador. Mujeres embarazadas sin ningún control ginecológico de su situación. Niños que no tienen la alimentación adecuada y lo que pueden comer tienen que ser pagado a esas mismas mafias carcelarias o policiacas. En el caso de la República de El Salvador, es la esposa del presidente la que tiene asignada la concesión de dar de comer a los presos incluido los niños y los enfermos  y recibe una cantidad astronómica de 20 millones de dólares anuales. Les llevan basura caliente insoportable oler y menos comer y para unos 500 presos y el resto se las tienen que ingeniar para comer algo o pagarlo de nuevo a las mafias.
  Nuestros Cónsules y Embajadores, salvo alguna excepción, ni los visitan,  que es su obligación y además ayudarles, pero como si no existieran. Si acuden es para agasajar a la selección e fútbol, cuando visita algún país latinoamericano.
     Me tienen que perdonar los defensores de los animales de compañía, llamados mascotas, yo también lo soy, pero ante una situación tan extrema como la que estamos viendo semana tras semana, en la SEXTA TELEVISIÓN, que me parece un trabajo muy loable, porque el periodismo es eso entre otras cosas, DENUNCIA E INVESTIGACIÓN DE LOS HECHOS, pero que las Instituciones Defensoras de los Derechos Humanos, no se pongan de espalda al problema, ni los países estén afectados o no del problema de denunciado y que haya que hacer publicidad en la misma televisión para poder costearse la emisión  diaria de comida para perros cuyas bolitas eliminan también además de alimentarlos convenientemente, las garrapatas y los hacen más fuertes y ágiles, cuando acabamos de ver que hay cientos de niños viviendo solo en las cárceles, que no comen ni esas bolitas especiales de carne tratada y cocinada sin grasas, ni azúcares.
 Hay ejemplos que en defensa, muy loable, de alguna colonia de mariposas, por las presiones ciudadanas, han cambiado hasta el trazado de una carretera, con un costo añadido a la obra de decenas de millones de euros y a esos “niños presos sin cometer delito alguno “ no se los pueda alimentar. La solidaridad no es suficiente para erradicar esas graves deficiencias alimenticias, sanitarias e higiénicas. Pero lo que no deja de dormir tranquilo, son esos niños conviviendo con ratas, cucarachas, moscas y enfermedades, cuando hay perritos que comen a la carta, duermen en sacos especiales, los pasean para hacerlos ágiles y que defequen y hagan sus necesidades fisiológicas, los llevan al veterinario periódicamente para vacunarlos y revisarlos y no digamos cuando están “salidos” y quieren guerra, casi siempre le buscan a un compañero de raza y buen pedigrí.
  Repito, que es justo, pero si por problemas presupuestarios hay que escoger entre el gasto del perrito o cuidar a un niño que morirá seguramente en una cárcel de hambre y enfermo, escogería lo segundo y seguiría luchando por tener “ cuidados “ como merecen a los animales de compañía.

MANUEL RUIZ BENITEZ

  

2 comentarios:

  1. No he visto los reportaje de los que habla Manuel Ruiz Benítez pero con la emotiva descripción que hace y con algo que he leído al respecto me hago una idea de esos infiernos. El efecto pedagógico de tales noticias, que desde luego no van a provocar una movilización solidaria, puede ser la moraleja de lo bien que estamos aquí las personas honradas y a lo que nos exponemos si nos portamos mal. De todas formas estoy de acuerdo con la comparación, pero es que desviar los sentimiento humanitarios a los perros o a las mariposas parece que libera de la responsabilidad social a algunos.
    Precisamente en El Salvador me sucedió que, dando una charla en un hospital sobre el programa de prevención de la subnormalidad: la prueba del talón que evita el retraso mental de uno de cada 2.300 recién nacidos (8 a 10 cada año en Málaga), tratando de argumentar que el hipotiroidismo congénito que causa ese retraso mental no era una fatalidad ni un castigo de Dios, sino una enfermedad remediable, se me ocurrió contar el caso de una amiga de Málaga que daba gracias a Dios por haber librado a su hijo de la muerte tras un accidente de moto quedando tan solo con una paraplejía. Como tenía confianza con ella, tras alabar su espíritu positivo, le comenté que si Dios hubiera querido favorecer a su hijo habría evitado el accidente. En ese momento la mitad de la audiencia salvadoreña se levantó y se fue, interpreto que había herido su sensibilidad de creyentes; sensibilidad que no se alteraba con la vecindad de las cárceles ni con la miseria de la mayoría de sus conciudadanos. Y es que cosas veredes, Cid, que farán fablar las piedras.

    ResponderEliminar
  2. Bueno Manuel, solo dos consideraciones: Ese mundo es tan atrasado que no sirve ni para ejemplarizar, es solo parte de un mundo represivo que solo se puede vivir en la América pobre. El otro es que el camino de la reinserción nunca debe ser tan extenso, y la solución para evitar los delitos no es la represión sino la reinserción

    ResponderEliminar