Muchas personas piensan que la gran desgracia de nuestra democracia, es lo torpes que son nuestros políticos. Y quizás lleven razón, pero ya sabemos que les debemos un moderado respeto y un mucho de exigencia, aunque esto último se va dejando para cuando seamos mayores.
¿Cuál es la característica más importante que debe tener un buen político? Bueno, ya que no son profesionales, al menos les debemos exigir que sepan o se asesoren de lo que hablan, o de saber realizar el ejercicio del poder. Por desgracia, tenemos continuamente ejemplos de meteduras de pata de nuestros más excelsos políticos, desde los bichitos del aceite de colza, hasta la rana del presidente de las cortes, pero en fin consideremos que nadie es perfecto.
Lo otro, lo del ejercicio del poder ya es cosa más peliaguda por varios motivos. En primer lugar porque para algunos de nuestros políticos, lo del poder significa enriquecimiento, pero con descaro y sin pudor como lo dijo un Presidente de Comunidad, valenciana por más señas. E ignoran que el ejercicio del poder va, metafísicamente hablando, unido a la ética, esa cosa extraña que significa recto, conforme a la moral. Y debe ser que han aprendido eso que dice que la razón es esclavas de las pasiones, y que mayor pasión que la de poseer poder, no para el ejercicio del interés colectivo sino para el personal.
En fin que lo del ejercicio del poder esta complicado, porque mientras algunos entienden que el biopoder tiene cara de mucho uso totalitarista (C. Schmitt) , otros pensamos que solo el utilitarismo ofrece la cara democrática del biopoder (M. Foucault) y en ocasiones incluso la cara solidaria.
INDALESIO
Quizás esta entrada de blog no debería de quedar para nosotros, y servir para que los nuevos políticos se ganen nuestro respeto haciendo bien su labor. Si bien nadie es perfecto y en ocasiones erramos no quita que trabajen para el pueblo que le ha dado su confianza y no se dediquen a pensar en ellos mismos.
ResponderEliminarUn saludo.
Que poco conocemos los derroteros del poder, y posiblemente se debería poner coto a que ese poder se adhiera a las personas. Vaya que no existiera posibilidad de enfermar por el poder, como ocurre con nuestros politicos y banqueros. Pero el capitalismo tiene esos virus, y uno de los más poderosos es el mal del poder, "no tiene cura"
ResponderEliminarCuando era pequeño e iba a la escuela (y no hace mucho de eso), me enseñaron que los poderes públicos se dividían en el Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Hoy en día no creo que sea justo que los niños aprendan esa gran mentira. No existe la justicia ciega, sino la partidista e interesada tanto para un bando como para el otro. Los políticos han ido contaminándolo todo y su falta de moralidad les hace cobrar prejubilaciones millonarias como el ex-alcalde de León en Caja España (que en todos lados cuecen habas y no sólo en Valencia).
ResponderEliminarQuizás el pertenecer a otra generación y no haber conocido otro tipo de política que la que da la espalda a la sociedad y abraza a los banqueros me hace repudiarlos. Quizás el no haber conocido otro sistema económico que el capitalismo me haga verlo como un mal menor a pesar de considerarlo fracasado. Quiero pensar que otra sociedad es posible.