La honradez consiste en reconocer lo que es de uno y lo que es de los demás. Cuando un perro se achanta ante otro más fuerte que él, no solo realiza un gesto honrado, también demuestra inteligencia al asumir que si no se acepta el espacio de cada uno llega el escarmiento. La honradez se debilita cuando deja de pesar la condena sobre lo punible. Los políticos que quebrantan la decencia lo hacen amparados en privilegios que les aseguran su impunidad. Si supieran que siempre van a ser sancionados, se lo pensarían dos veces antes de delinquir.
La Biblia diseña un dios implacable que todo lo ve, que todo lo juzga y que todo lo castiga porque pretende establecer una sociedad justa; por eso habla de justos, es decir, de honrados. La Biblia no se fía de la bondad innata del hombre sino que asume que la honradez es el resultado del miedo al castigo. Cuando las normas de convivencia no son impuestas por orden de un ser superior sino que resultan del consenso de los ciudadanos, la conculcación de estas normas por parte de quienes están obligados a hacerlas cumplir, es todavía más grave. El delito de corrupción de los políticos debería ser castigado con más severidad que el de los particulares y no ocurre así.
La democracia no es un sistema en el que los poderosos se asocian para aprovecharse del pueblo, es lo contrario: respeto del interés general en los asuntos públicos. El sentimiento de indefensión que recorre el mundo a nivel de calle, basado en la creencia de que la banca, los políticos, los jueces y las instituciones son la misma basca, es una invitación al desaliento que no me extrañaría estuviera inspirada desde arriba, porque lo fácil y lo honrado para banqueros y compañía sería desmentirlo enseñando el forro de sus bolsillos, como teníamos que hacer de pequeños al llegar a casa para demostrar que no veníamos de robar cerezas.
CIRANO
PD. No se por qué la acción de robarse puede decir de tantas maneras. En los recreos del colegio recitábamos el verbo utilizando alguna de sus acepciones, como por ejemplo: yo robo, tu mangas, el birla, nosotros hurtamos, vosotros sustraéis y ellos afanan. Hay que decir que el término que define el placer solitario también daba mucho juego.

Se puede decir más alto pero no más claro.
ResponderEliminarLa literatura esta llena de referencias a abusos del poder y más desde la implantación del maximo rendimiento del capital. Ya se sabía que los regimenes totalitarios abusan tambien del poder, se emborrachan de poder. Es decir que no existe solución buena, quizás solo que el poder resida en el pueblo, en la colectividad
ResponderEliminarsolo tendriamos que articular las formas de ejercer el poder, y descubrir una vacuna para el Sindrome de Hubris. Facil no?
Los emperadores romanos en sus entradas triunfales en Roma llevaban al lado un hombre que les iba diciendo a cada momento: recuerda que eres solo un hombre. Al papa creo que también le apuntan algo de eso en alguna ceremonia. En democracia quien recuerda a los políticos que solo son ciudadanos es la ley. Creo que todas las formas de ejercer el poder están inventadas y también todas las de conculcar la ley. No hay otra solución que la honradez sencilla y simple.
ResponderEliminar¡No sabes cuanto progresa la humanidad y los conocimientos!El poder se ha modificado constantemente y la manera de ejercerlo aún más,
ResponderEliminarahora la aplicación conlleva afecto para que pueda ser entendido. La ley forma parte del poder y no le recuerda nada a los detentadores del poder, te hago memoria? Por no hablar de la honradez, ¿eso como se mide? ¿que color tiene?
No Cirano, el poder esta en la jauría que lucha para conseguirlo y el la represión que lucha para no dejarlo.
Ya sabes Soraya que el único antídoto para el Hybris es la Némesis. Y por cierto hay que decir que existen factores de riesgo reconocidos para esta enfermedad:el principal, es ser varón, ya que “los hombres son muy sensibles al halago y al reconocimiento y toleran mal la frustración”, aunque también contribuye tener “una baja capacidad intelectiva”.
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