ESTAMOS PERDIDOS



El neoliberalismo se está volviendo cada vez más agresivo porque necesita triunfos rápidos para sostener un capitalismo en crisis. Obcecado por la avaricia no advierte que cuenta con un soporte sólido asentado en conquistas subliminales muy eficaces. El objetivo de retraer lo público en beneficio de lo privado tiene unos antecedentes con los que todos hemos colaborado. La cara más evidente puede ser la sanidad o la educación, las autopistas o la recogida de basuras, pero hay una realidad que trabaja en el silencio de los hechos consumados. Uno de estos es, sin duda, la familia. En mi infancia los niños educados en colegios de pago, adquirían buena parte de sus habilidades sociales en la calle. Aprendían en primera persona lo que es el espacio público, ese lugar para la convivencia donde se encuentra lo bueno y lo malo de la ciudad; los de los colegios públicos y los institutos eran ilustrados en la materia. El encerrar a los hijos en casa, como hicimos los de mi generación, supuso el primera paso neoliberal hacia lo privado. Nuestros hijos no han sentido, como nosotros, que la calle es una continuación de la casa, que hay asuntos que se ventilan en público y otros en privado. Un niño que solo ha vivido la privacidad y la protección del hogar está predispuesto contra lo público, registrado en el subconsciente como peligroso. Si las plazas han dejado de ser seguras lo que hay que conseguir es que el estado garantice la paz para que sean habitables.

Además, las amistades de ahora, mantenidas por internet, abdican de la dimensión humana de las relaciones. Aunque aumenta la cantidad (radio de acción y contactos), disminuye la calidad (ausencia de objetividad, es decir, de objeto real). Ese lugar vacío para todos, que al principio fue la plaza pública, se está convirtiendo en un lugar vacío para nadie, de ahí que haya quien se quiera apropiar de ella para hacer negocio. El Campus de la joven Universidad de Málaga es un ejemplo de eso: carece de espacios públicos, no es un Campus propiamente dicho. Está diseñado sin un centro neurálgico, sin foro o ágora en torno al cual se cree el universo de la ciencia. El rectorado se ha alejado de la vida universitaria como si la cosa no fuera de su incumbencia. Las facultades rebosan de aulas y pasillos, pero no tienen locales públicos para la convivencia. Es todo tan ajeno que si un profesor se demora en salir o quiere trabajar un domingo se las tiene que ver con el poco afectuoso encuentro del vigilante privado. Si es cierto que universidad quiere significar universalidad, habría que ir cambiando el nombre por el de privacidad. Con este panorama por delante, ¿qué argumentos sentimentales nos quedan en favor de lo público?

CIRANO

6 comentarios:

  1. Juanjo Orgambides21 oct 2011, 19:53:00

    Cuanta razón tienes, recuerdo la plaza al lado de casa donde jugábamos de chicos, los partidos de futbol en el Cole despues de clase, hasta que sonaba el "Atención, abandonen los campos de juego", las "vueltas ciclistas a España" con latillas (chapas) siguiendo los bordillos de las aceras.... así nos relacionabamos los niños; aún conservo amistades de esa época. Ese "modus vivendi" se lo cargaron los coches, la dispersión de la población por el boom de las unifamiliares y las (estúpidas) actividades extra-, más bien post, escolares. Mis hijas tuvieron la suerte de tener un club social cerca de su casa y eso fué un estado intermedio entre nuestra situación y la de los niños de ahora.
    Lo de la universidad es de pena, te lo digo yo que hice media carrera entre la cafetería y la biblioteca.
    Discrepo algo contigo con lo de internet, veo mal que las redes sociales sean sustitutivas de las relaciones sociales pero sí son un buen complemento de ellas y sirven para estar en contacto con amigos en la distancia. Me ha gustado este post, me ha hecho recordar buenos momentos. Gracias.

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  2. Guille, pues figúrate los que nos hemos criado en colegios públicos durante el franquismo y regidos por un tamdem falangistas y curas. Menos mal que la calle era otra cosa, donde realmente aprendimos a ser niños, para intentar más tarde ser hombres. Vosotros los niños de "papá" volvíais a casa a comer, merendar y cenar. A otros, tres comidas era difícil. Y no digamos sobre el aseo, sin agua corriente, ni retretes, todo comunitario de una casa de vecinos al completo. Por eso creo muchos le damos otro valor a las cosas. Y de universitarios ni hablamos los del barrio pobre. Eso era para vosotros y menos mal que salieron por ejemplo médicos y algunos progresistas. Un abrazo Manolo Ruiz

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  3. Los ingeniosos gestores de la universidad no improvisan, colocan los Campus en lugares adecuados, asi como las Comisarias de Policia en lugares bien comunicados y sin el efecto ratonera. Algunos diran que a la Uni(Como la llaman ahora) se va a aprender, y como son demasiados se tienen que tener dispersos porque cuando se cabrean puede ser peligroso, vease proximos ejemplos. Pero asi son mas cosas, nos adaptaremos a convocarnos por los moviles.

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  4. Interdisciplinaridad, que no multidisciplinaridad, es una de las salidas a la crisis y la Universidad debería ser el pilar fundamental junto a las empresas donde poner en marcha de una manera VERAZ lo que la propia palabra significa. Los campus universitarios se crearon para ello, eran ocasiones para el encuentro , encuentro entre alumnos de estudios de ramas procedentes de las ciencias con aquellos otros de humanidades o de las artes y lo que nos falta por creernos a los españoles es que de ahí, de esos encuentros , surge necesariamente la fecundación. Aunque también es verdad que el propio lenguaje de cada disciplina nos atemoriza, los que no son científicos se atemorizan con las ecuaciones aunque realmente las ecuaciones sólo son un apoyo para acompañarnos en el comprender y al revés los científicos se atemorizan con los filósofos aunque realmente resultaría absurdo estudiar física por ejemplo sin saber quién era Heidegger o hacer filosofía sin conocer la esencia de la física cuántica. Pero claro aquellos que conocemos la universidad sabemos que aún estamos muy pero muy lejos de esto …

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  5. De acuerdo con ambos comentarios. El neoliberalismo avanza como el cambio climático, empujado por todos, ya sea por activa o por pasiva. La situación actual necesita una movilización pero, a mi entender, faltan líderes para conducirla. El monopolio católico de la Edad Media reclamó la complicidad del Renacimiento. Ahora el monopolio de la técnica al servicio de la economía está llamando a la confluencia de conocimientos como defiende Cande. Los móviles, Arsenio, dependen de nosotros hasta cierto punto, cuando vean que sirven a movimientos revolucionarios los manipularán.

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  6. Hay algunos que añoran jugar en las plazas, que suene la campana del colegio o jugar a las chapas, olvidando que lo más importante en esta vida son los valores y la valentía ante circunstancias adversas...borrar una realidad que existe, lo más importante que puede tener un ser humano, es mediocre y un ejemplo de la hipocresía con la que sobreviven los cobardes. cuando eso se pierde, sí que estamos perdido....

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