Amicus Plato, sed magis amica veritas. Por cierto, si esto lo dijo Aristóteles como dicen, lo diría en griego y no en latín. El caso es que cuando nos lanzamos a dar nuestra opinión sin que nadie nos la pida lo menos que deberíamos intentar es aportar algo original o al menos hacerlo con rigor científico y, si fuera posible, con elegancia. Meternos en temas que no dominamos, como he hecho yo más de una vez, es actuar con la osadía del ignorante, mucho más si, además, se pondera o se dogmatiza. La responsabilidad que se exige al intelectual comprometido no consiste en recargar el ambiente con opiniones frívolas, sino en trabajar en proyectos serios. En El País de hoy día 28 de diciembre un economista llamado Carlos Arenillas hace una reflexión sobre la crisis del sistema arrancando con una frase lapidaria de Volcker, ex presidente de la Reserva Federal y asesor económico de Obama: “Dicho de forma clara, el flamante sistema financiero –con todos sus cualificados participantes y sus impresionantes remuneraciones- no superó la elemental prueba del mercado”. A continuación explica con una claridad que hasta yo entiendo, las razones del derrumbe financiero y sus consecuencias. Luego, partiendo de la afirmación de que las pérdidas del sector financiero se han socializado, se hace unas cuantas preguntas: ¿Es razonable que en una institución financiera, en proceso de saneamiento por sus errores, se negocie entre la dirección y los sindicatos ajustar el empleo mediante prejubilaciones a partir de los 53 años, mientras solicita 4.000 millones de euros en ayudas públicas a través del FROB? ¿Es sensato que entidades financieras que cuentan con ayudas públicas repartan bonos entre sus directivos? ¿Cómo es posible que desde el sector financiero se receten ajustes salariales al resto de la economía sin recomendárselos a sí mismo? ¿Cuánto vale la garantía otorgada por el sector público –es decir, el conjunto de contribuyentes- a bancos y cajas sobre sus depósitos, que son la parte fundamental de su financiación? A pesar de que la solución requiere actuaciones diversas, para Arenillas se debería empezar por la reducción del 5% de los salarios del sector financiero en lugar de aumentarlos como se está haciendo. Lo que todos prevén es que, como no se le de un rumbo claro a la estrategia de la salida de la crisis económica, se resentirá la cohesión social. Eso, que en principio es una mala noticia para todos, no se cómo afectará al mercado y no estoy seguro si será lo que está buscando. Antecedentes los hay.
Quizás sea la misma historia (puede que no haya más que una historia y muchas maneras de contarla) que empezó con la pregunta que se hizo el primer mono que se ayudó de un palo para acercar la fruta a la que no llegaba con el brazo, mientras los demás divagaban. La pregunta está aún por contestar, aunque haya habido anécdotas en esa sed magis amica veritas. Los errores son infinitos, el acierto uno y el camino tangencial con el que nunca se cruzará se llama ciencia. Colón demostró que para poner un huevo en pie es necesario cascarlo y Alejandro resolvió el enigma del nudo cortando la cuerda. No se trata de la verdad porque las cosas cambian, pero la aplicación de Arquímedes cuando entendió el por qué se desbordaba la bañera, sigue siendo válida. La fe que es creer lo que no se comprende, es la otra herramienta que utilizan los que no aprendieron a servirse del palo para descubrir la realidad. Se supone que el lenguaje surgió a partir del gruñido como necesidad para mejorar las relaciones sociales. Pero del canto de la chicharra que lanza su mensaje con insistencia al E=mc2 se ha andado algo, tanto como del palo de los monos a los antibióticos y mira que ha habido chamanes que han intentado curar las infecciones con rogativas. Lo que pasa es que lo que queda por saber es mucho más de lo que se sabe y en el plano personal, lo que se desconoce mucho más que lo que se comprende.
Padecemos desconcierto ante acontecimientos inesperados, inseguridad por encontrarnos desprotegidos, indignación por sentirnos manipulados. Falta darse cuenta que el pronombre nos al que se dirigen todas las desgracias soy yo mismo.
CIRANO
Querido y desconocido amigo, la ciencia no es la moviliza al mundo, sino la inteligencia y a ser posible las inteligencias. Por eso paré en este blog, me dije: "parece que se puede convivir con este grupo porque las demandas intelectuales son aceptables" No vale aceptar que eres limitado, sino aceptar que vales lo que el blog quiera valer, pero os digo el esfuerzo es grande, y a veces los resultados muy cortos. Merece la pena insistir.
ResponderEliminarMientras sigamos escribiendo con minuscula la verdad vamos por buen camino. Entonces estamos hablando de la verdad para cada observador. Y ya sabemos cómo el observador interviene en lo observado.
ResponderEliminarEn undepartamento de psicologia hace una bateria de tests el jefe, ya sesenton. Al mismo chico les repite las pruebas una esplendida alumna rubia. A pesar de haber procurado escrupulosamente el mismo setting, caramba, los resultados son diferentes
Me he acordado del gato de Schrodinger que se puede ver en Youtube
El problema para mí es que se olvida con frecuencia al observador y por eso me parace mas adecuado hablar de la verdad, siempre con minuscula, de ca da cual y con la suma de inteligencias- gracias Arsenio Cue-se llega mas lejos en la verdad. De lo contrario se “tangencia”facilmente la VERDAD:
.Me gusta la polifonia.
Eppur si mouve
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