Amen de las terapias de aquellos tiempos – tiempos oscuros-; como bien se sabe, el hospital tenia una misión fundamental: la custodia férrea del loco peligroso, o simplemente gente que molestaba a la sociedad.
Muchas mañanas teníamos que dar altas a supuestos alcohólicos de una noche de juerga, transeúntes sin hogar, extranjeros desarraigados o almas en pena que vagaban por las calles, malhumorados en la puerta del hospital que incordiaban...
Años más tarde comprobamos cuántos, sin indicaciones de ingreso, se habían acomodado al hospital como pensión, con la contraprestación de algún trabajillo para algunos y así durante años. Conseguir exclaustrarlos fue durísimo: Tal era el cataclismo que “averruntaba” de su vida en la calle.
Describir aquel espectáculo diario, como primer golpe, abrir las puertas de la sala 21 era paralizante: Magma humano en donde unos gritan, otros corren como almas que se lleva el diablo, otros desnudos, descalzos, algunos amarrados a los barrotes de las barandillas del patio, “Bisnietito” que lanzaba guturaciones mientras cogía con los dedos de los pies los objetos del suelo, “Antoñito” que mostraba su rata amaestrada en el bolsillo, “Triana” con sus grandes manos contorsionándose hacia el infinito, “Julito” y sus monerías. “Cabrillaza” con su imaginaria pistola al cinto no dejando títere con cabeza. etc.etc... y un fondo con estruendo y hedor que enmarcaba el ambiente.
Quiero evocar aquella mañana en que avanzaba por el pasillo un gigantón alemán con la cama puesta. Sujeto a la cama, de un salto, pues sus pies le sobresalían por los de esta, se había incorporado y empezado andar, creando terror, un auxiliar gritando que me pilla, que me pilla, y sobre todo la algarabía en los demás....
Tal vez, para hacerte una cierta idea, algunas estrofas de la descripción del infierno de Dante puedan acercarnos a aquellos horrores:
¡ Cuán dura cosa es decir cual era
esta salvaje selva, áspera y fuerte,
que me vuelve el temor al pensamiento! (cantoI.Versos 4 a6.)
Distintas lenguas, horridas querellas, palabras de dolor, de airado acento, voces altas y roncas y, con ellas,
un manotear, formaban un violento
tumulto, en aquel céfiro manchado,
Como de arena que levanta el viento. ( Cap.III. versos 25 a 30)
¡Cuál me quede de frió y sin aliento,
no me preguntes, lector, ni yo lo escribo,
Ni lo puede expresar ningún acento! ( Canto XXXIV, Versos 22 a25).
Las protestas por esta situación de unos y unas cuantas consiguen, aunque con cuentas gotas, aumentar el personal.
Se enriquece el equipo con un psicólogo y un pedagogo, que empiezan a desarrollar diversos programas rehabilitadores con los pacientes.
El equipo medico va poco a poco creciendo y se incorporan seis nuevos psiquiatras y nuevos celadores. Como muestra de cual era la formación de los celadores, nadie se las había dado desde luego, esta anécdota: Para suavizar una fuerte tensión por la violencia de un paciente le digo a uno de los jefes de turno: “Hombre, es que tiene un trastorno de la personalidad”... “Sí, sí, pero arrevuelto con sinvergüenza”, me contesta... y alguna razón tenia, porque solo gracias a su corpachon y manazas, durante su turno no repartía hostias a diestro y siniestro.
Y entonces estalla el conflicto por el proyecto de un nuevo hospital psiquiátrico en Alhaurin de la Torre, en la finca “La Moraga.” Estamos a finales de 1976.
Y tal vez continúe, si a “vuesas mercedes placiera”..
BIRLIBIRLOQUE DIC/2010
Pues claro que me place y para que no se olvide ese cuarto oscuro que fueron los psiquiátricos. El tema y, sobre todo, la manera de contarlo merecen continuidad; que no todo van a ser extravíos financieros, Muy bien.
ResponderEliminarOiga señor que conoce la vida de los manicomios, entonces los que cuidaban de la mente conocían pocos de los recursos que existían para el control de los desvarios de las mentes. Usted sabe cuanto cuesta el tratamiento(coste directo) de la esquizofrenia en nuestro país, el 2,7% del coste sanitario, a saber 1.970 millones de euros, y sabe cuantos diagnosticos se dan por validos, 45000 españoles osea el 0.6%, y eso que no contamos politicos, curas y algunas profesiones liberales. Menudo trabajo le queda.
ResponderEliminarAquellos personajes se me quedaron grabados, creo que al gigante le llegué a conocer, al menos a uno que decía llamarse Guillermo Comoquiera, que sería su nombre traducido, y me imponía pavor. Otros amigables como "Risitas" con su radio y siempre detrás de las enfermeras "he visto una pelicula de Braguita Bardot, ji,ji,ji...", o al "Boris" convirtiendose en guardia urbano ocasional...
ResponderEliminarGracias, Cirano, por tu amable comentario. Para Arsenio, estoy de acuerdo en los costes y frecuencia de la esquizofrenia, un poco más alta: 1 por cien. Y sí que hay un arduo trabajo por delante. Y Popernico seria fantástico entonces “ correconstruir “ historias. La de Boris me la has despertado...
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