Ya publicó Elgarrotín hace semanas un largo artículo sobre la sanidad andaluza, pero quisiéramos o deseábamos ampliar algunas consideraciones, estas en el terreno de la Macro política.
Ya no es nada nuevo que estamos sumergidos en una grave crisis económica y social, y que posiblemente las relaciones humanas y laborales deben de cambiar, pero no solo porque lo indiquen los poderosos, sino porque no va a quedar títere con cabeza en el mundo resultante.
Hace quizás más de dos años, pudimos apreciar unos movimientos de inquietud en los dirigentes del Servicio Andaluz de Salud, quizás no por su propia capacidad de predecir problemas, sino inducido por los muchos sesudos pensantes de los que dispone en las distintas organizaciones que les trabajan. Un maquiavélico plan muy ladinamente orquestado, donde se quitaban de en medio un nutrido grupo de profesionales comprometidos y con prestigio, con jubilaciones o con ceses no legales, provocaban un necesario vacío de poder responsable, para ser sustituido por otro grupo de profesionales obedientes al decreto de la sumisión. ¿Y para qué? Pues para poner la sanidad andaluza a la cabeza de las transformaciones necesarias para realizarle un cambio muy en profundidad (privatizaciones, incentivos fiscales para fomentar asistencias no públicas, copago…..) ¿Y porqué? Pues la excusa es que no tenemos dinero, que es verdad, pero la realidad es que no creen en la sanidad pública, y además que no saben gestionarla. Mi intención es plantear algunas consideraciones que podrían ayudar a mantener nuestra constitucional Sanidad Pública.
A/ Mejorar la eficiencia del sistema sanitario. Cuando comencé en esto de la gestión clínica, me enseñaron que sin los médicos no se puede hacer gestión, porque son los propios médicos los que inducen directa o indirectamente el consumo y gasto sanitario. Pues bien, aquí en Andalucía nadie ha planteado semejante obviedad, solo se pide sumisión y aceptar algunos criterios burdos y zafios como las tasas asistenciales, o los usos restrictivos de medios diagnósticos o terapéuticos. Y si por el contrario se desarrollaran herramientas amigables para la gestión de la práctica clínica, independencia en la gestión y responsabilidad de los trabajadores sanitarios, incentivos para interiorizar la efectividad clínica, o informes científicos para un uso serio de las nuevas tecnologías, de estas cosas si entendemos los profesionales y con este tipos de medidas se abandona la medicina defensiva y poco participativa.
En Andalucía, la información del presupuesto era de 9.900 millones de euros para el año 2010, hace menos de un mes la cifra oficial cambió a 8.800 millones, ¿esa es la eficiencia que conocen? Existen dos posibilidades, o ustedes mal gestionan los presupuestos o la asistencia que ahora dan es de peor calidad que las que se daba hace un año. ¿Porqué no se nos informa de la cuantía del gasto sanitario, y de su estructura? Así se podría saber cuanto es el esfuerzo económico que tenemos que hacer, y cuales son las medidas que cada cual tendría que tomar. Por el contrario ustedes se lo cocinan y se lo comen, y así no conseguirán nunca corregir el desequilibrio. Además sospecho que ustedes no querrán asumir el coste político que tiene el proponer, y no digamos el ejecutar la reforma sanitaria, por eso navegan en un limbo de incertidumbres que no les llevara a nada. Porque quieran o no, solo el consenso de las partes nos llevara a sacar a la sanidad de la encrucijada en la que se encuentra, y el liderazgo solo lo deberán llevar los médicos.
Existe un principio básico en la gestión sanitaria, toda reducción del gasto supone un altísimo coste en términos políticos, y además que todo coste-efectividad muestra que logrados los beneficios, ganancias posteriores implica mayores utilización de recursos, así que aplíquense el cuento, sus medidas le pueden llevar a la tumba política y a los venideros mayor cantidad de recursos (recuerden Inglaterra).
¿Cual podría ser la solución? Todos sabemos las posibilidades que existen: la alianza entre la sanidad pública y privada, la ampliación del copago, las limitaciones en las prestaciones, la conciliación entre la necesidad y la escasez, la elaboración de criterios de prioridades, la evaluación de las nuevas tecnologías para su aplicación, el desarrollo de incentivos fiscales para elegir sistema sanitario, modificar el sistema de financiación de la sanidad, o por fin preguntar a los ciudadanos que hasta donde quieren sanidad a la carta.
Quizás no sea una sola de las medidas, quizás sean varias las que se necesiten, pero siempre aunando los criterio de información, con criterios de equidad entre personas, entre regiones o nacionalidades, entre accesos al sistema y entre oportunidad, sin estos criterios nunca se conseguirá orientar la reforma sanitaria.
B/ Colaboración ciudadana para desarrollar un uso sanitario responsable, con programas de formación, quizás con algunas trabas burocráticas educacionales, y confiando que con una política de transparencia la respuesta de la ciudadanía será positiva. Potenciando la relación médico- paciente con criterios de calidad, como es el enfatizar la responsabilidad de las partes en estilos de vida saludables, descubriendo la respuesta sobre la eliminación de tabaco, alcohol, y desarrollando programas de ejercicios físicos adecuados a cada edad y condición. Potenciar la figura del médico de Atención Primaria, que sea el que realmente oriente, aconseje e informe al paciente de los cuidados que puede necesitar, y en que lugar y condiciones debe ser tratado.
C/Y porque no, los políticos deben asumir su parte de responsabilidad, dar la cara y enseñar a la ciudadanía cuales son las posibilidades que tenemos de conseguir salud, y como se consumen los presupuestos sanitarios. Saber si lo que se consume esta en consonancia con lo que se paga, conocer el esfuerzo recaudatorio para la financiación del sistema, y fomentar la formación de los gestores que sean los que de una manera eficiente ejecuten las medidas necesarias. Potenciar de una vez y de forma rigurosa los instrumentos que sean los que desarrollen las políticas a nivel básicos, las Unidades Clínicas que serán las únicas capaces de poner en marcha políticas de gestión desde una óptica de independencia y compromiso con el sistema sanitario.
Así con estos criterios, seremos capaces la ciudadanía y los profesionales de sentirnos comprometidos y solidarios con el Sistema Público Sanitario, y conseguir no solo en los momentos de crisis económica sino en un horizonte mayor, una sanidad plena de equidad y eficiencia al alcance de todos los ciudadanos de territorio español
4/12/2010 INDALESIO
En primer lugar mi felicitación a este blog por la segunda parte de este libro de la sanidad andaluza, por la valiosa información que contiene y por las opiniones que se vierten en el informe formadas tras largos años de experiencia. Aunque en verdad , no tengo dudas que esto último haya dejado de ser un valor en alza en estos tiempos.
ResponderEliminarIndalesio ha vuelto a describirnos bastante certeramente que está ocurriendo y por dónde van los tiros, pero el principal problema es que nos hemos dejado intoxicar por los políticos y dirigentes sanitarios con sus absurdas, partidistas, electoralistas, choriceos de conciertos, etc con un modelo de gestión que resulta del todo un auténtico disparate pero sobre todo llevado a la práctica con un total intervencionismo por parte de los comisarios políticos nombrados a dedo por gerentes y dirigentes sin, tal como dices, participar en la toma de decisiones los profesionales y los ciudadanos de una manera comprometida que nos hubiera conducido a un modelo responsable. Han copiado un modelo, lo han puesto en marcha de manera arbitraria y al servicio de intereses electoralistas, sin ninguna posibilidad real de gestión. La gestión actual no podemos llamarla así porque bajo mi punto de vista sencillamente no existe.
De entre las denuncias de Indalesio , hay que seguirle la pista a las privatizaciones. Una cosa es el mensaje liberal de que el Estado no debe meterse en la vida privada de los ciudadanos y otra la actitud de los políticos que pretenden meterse los bienes del Estado en el bolsillo. Privatizar, que ya es malo, no debe suponer heredar. Es calamidad de estos tiempos que el Estado se privatice. Los medios no paran de lanzar mensajes avisando de la inminente quiebra del sistema sanitario; ahora lo achacan a la crisis pero en los tiempos de bonanza decían que era por el aumento de los costes. Queda explicado en el informe del Garrotín la mala gestión y sus pormenores. Antes de meter la tijera (de seguir metiéndola, más bien) para privatizar la sanidad pública se debería prohibir por ley a los directivos sanitarios participar en empresas privadas que gestionan servicios públicos y si me apuran, que los que se están beneficiando de derramas anteriores, se les aparte de ese negocio no del todo limpio.
ResponderEliminar¡¡Correcto Cirano!!. Si quieres entender toda la trama, sigue la pista al dinero, dice "Garganta Profunda" al los periodistas del Washington Post... Si seguimos con detalle la vida de los gestores, como se han ido "posicionando" y/o "empoderando", que uno sabe que es peor si un político o un "politécnico" (que es como un político pero sin tener ni que presentarse a las elecciones); los veremos a lo largo del tiempo camuflándose cada vez más en ese lenguaje confuso en donde todo cabe, para ellos poder continuar nadando y guardando la ropa, por desgracia al final como en el cuento de Alicia, del gato, solo queda la sonrisa congelada...
ResponderEliminarAl gato de Alicia se le quedaba la sonrisa congelada, mientras que a nosotros se nos está quedando cara de tontos. Tampoco se si es el mismo felino del que dicen que lo único que interesa es que cace ratones. Por cierto, Gas Natural cuenta con nuevo gato para hostigar y cazar roedores a los que cada vez nos vamos pareciendo más los incautos contribuyentes y molientes.
ResponderEliminarEs estupendo este análisis sesudo, sentido y documentado, Indalesio. Yo echo de menos algunas cosas. De aparente menor calado. Por ejemplo, la educación para la salud con un punto de mira especialmente centrado en la desmedicalizacion de tantos aspectos que otrora resolvían nuestras abuelas. Sacar del cosumismo la medicina: El shopping medico - y que no se enteren las empresas farmacéuticas.- En el nivel primario y con agentes de salud naturales, desde el cura al boticario pasando por el mercado del barrio o pueblo..
ResponderEliminarSer imaginativos y recuperar la ilusión de hacer bien las tareas, con gratificación no solo económica sino las otras inmateriales para todos los profesionales. Es decir políticas que aborden con detenimiento el burn out.
Tomar conciencia de que con la sola queja y proyección de todos los males a los políticos al final la eficiencia también enferma. Es necesario el pequeño grano de arena de cada uno, si en los tiempos que corren esto es planteable, para ir introduciendo una narrativa menos saturada de problemas, cuyos responsables siempre son los otros (prometo que no me voy a presentar en las próximas elecciones) e ir consiguiendo un cambio de percepción en todos: políticos, profesionales; pacientes... ¡ Y qué sé yo cuantas cosas mas! Como decía un profesor de filosofía cuando en su enésima clase del dia, agotado, el dia que correspondía hablar de Platón dijo: “Hoy toca Platon: las ideas, la caverna, la libido. Qué sé yo, mil cosas más.
Me alegra este sentido y animado tertulieo, y participo de todas y cada una de las opiniones. Lo terrible es que no es una sola persona( político o tecnico)sino muchos los que viven del negocio sanitario, y además esperan la compensación del caramelo si son chicos buenos( de esos lodos el ahorro del presupuesto anual ) Lo que saben hacer para el ahorro, es dejar que sea el profesional el que limpie el mercado de medicinas inutiles, y ellos se limpian las manos de la corrupción que sin dudar mantienen. De educación nada de nada. Mira, en resumen podría decir que la perdida de ganancia del ciudadano es la ganancia del sistema sanitario y su perdida es mi ganancia, a eso se le llama PENSAMIENTO DE SUMA CERO. Practica habitual de los socialdemocratas europeos.
ResponderEliminarComparto plenamente el matiz del que hablas Birlibirloque porque y es solo un pequeño ejemplo, ¿ es que acaso la obsesión por la creación de los centros de alta resolución no los ha convertido quizás en centros de "excesiva resolución", para realmente no solucionar nada sino al revés?.
ResponderEliminarPero a pesar de todas nuestras críticas y probablemente algunas más que nos hemos dejado en el tintero, en mi opinión el modelo existe y es posible llevarlo a cabo además con diferentes versiones de financiación.