Cada semana las noticias llenan los medios de comunicación, tanto escritos como visuales, y las más de las veces nos sobrecogen con asuntos que les damos una gran trascendencia. Por eso los medios de comunicación tienen tanta relevancia y poder. Esta semana destacan dos hechos de gran calado, una la muerte física de creador de las Comisiones Obreras, Marcelino Camacho, y la supuesta negociación con los terroristas de E.T.A.
La primera de las noticias es un hecho inevitable, Marcelino tenía mucha edad y se esperaba su muerte, aunque no deja de ser una gran perdida. Quizás porque no abundan hombres de tesón, entregados a la defensa de la clase trabajadora, y con pocos intereses personales en ello. Y lo de más peso, con él muere el sindicalismo que se vivió en el tardo-franquismo, lo que queda es una agencia para la defensa de intereses de los afiliados y de la administración del estado. Se, porque lo conocí, que le ponía los pelos de punta cuando se le decía lo de la agencia de asuntos laborales, y siempre comentaba que las cosas volverían a su cauce cuando la formación y los intereses de los trabajadores tengan el peso que les corresponde. Pero ese es un asunto del que ya se escribió en otro artículo del 29/9/2010 del Garrotín.
El asunto del problema que siempre vivimos, las supuestas negociaciones con los terroristas vascos, me parece tiene más peso mediático e intereses políticos, que la realidad de nuestra cotidiana vida nacional. Es difícil aceptar los nacionalismos para un pueblo como el andaluz, que ha vivido y convivido con tantas culturas, y más es difícil aceptar la violencia para imponer por la fuerza las condiciones parciales de unos pueblos con los que tantos hechos en común tenemos. Por eso creo, es necesario darle el valor que tiene, pero sin más utilización de este asunto, y si algún día llega el resolver este tema que tantas desgracias ha traído, pues mejor y se les dará premio a sus impulsores, pero no más utilización de esta irracionalidad.
Bueno, pues este es el perfil de cada semana. Un montón de noticias, malas y buenas, que nos condiciona el estado de animo para sobrevivir día a día. Y además tenemos que manifestar si las aceptamos o las denostamos, porque parece que aunque parezca que se pasa de las opiniones, formamos y nos manifestamos sobre un ranking de problemas nacionales, algo que sin dudar condiciona nuestro comportamiento.
Nosotros, ya viejas glorias del mayo del 68, con nuestra vida política acabada y nuestra vida social en fase de disolución, solo miramos, escuchamos y sufrimos porque este mundo nos deparará grandes sorpresas, que a tipos tan avanzados y con tantas conchas encima, les causa un gran estupor, porque el mundo que se avecina es de una crueldad inimaginable.
Hablando de información José María Ridao en El País de hoy argumenta contra los argumentos con los que González explica el fenómeno de la globalización. No está de acuerdo en el escapismo del político cuando plantea la idea de que pueden existir procesos económicos al margen de la voluntad y, por tanto, responsabilidad humana. Recuerdo que alguien en El Garrotín ha defendido la imposibilidad de actuar de otra manera en el mundo globalizado y habría que estar con Indalesio defendiendo la acción. También dice el articulista que da miedo pensar en el modelo de sociedad que presupone el concepto de empleabilidad, otra consecuencia de la idolatría del mercado que inspira el pensamiento político del momento.
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