LLAMADA

CARTA A UN AMIGO


Mí querido amigo: Quizás entienda tu actitud, más cierto es que la respeto y jamás te pediría que modificaras tu decisión. Veras, yo pasé por ese trance, tuve dudas si complicarse la vida es apropiado, si con los años como dicen los viejos, nos convertimos en acomodaticios y rehuimos la pelea, el caso es que sentí de pronto que, aunque este mundo no me pertenece y las decisiones deben tomarlas los que siembran para el futuro, yo he de participar. Y lo que quiero es darte mis razones, permítemelo.
Veras, partimos de la base de que somos personas con entendimiento, quizás ahora más, pero cuando éramos jóvenes también, aunque como sabes siempre llego tarde al entendimiento. Y entonces, cuando presionábamos y forzábamos para la Franquismo desapareciera y en sus postrimerías para desmontar la parte más fea y sucia de su aparato, tuvimos la oportunidad de engancharnos en hacer carrera política, y entonces decidimos que no, que ese camino estaba lleno de muchos sí, y muchos momentos en que tenías que callar, y eso para las personas con entendimiento les cuesta trabajo, porque les producen contradicciones. Recuerdas eso de las contradicciones, al menos a mi me producía dolores de cabeza y a veces me inmovilizaba.
Vivo de mí oficio, como tú. Y bueno, sin descollar conseguí todo o casi todo lo que necesitaba. Durante ese tiempo, larga travesía, permanecí muy callado y solo absorbiendo enseñanza de lo que tanto nos gusta, los libros. Fui testigo como tú de la evolución de este nuestro país, incluso en algún momento creí en la capacidad de enderezar el rumbo de la ilustración que nos faltó. Pero no, volvieron las oscuras golondrinas con el tipo ese del bigotito, el que hace la higa, y empecé a sentir en las tripas movimientos incontrolados, y me identifiqué de progresista.
Aunque mantenía muy pocos amigos de los tiempos anteriores, y era muy reducido el círculo donde podía manifestar mis pensamientos, tuve una gran alegría cuando supe que estabas ahí, justo detrás de la pantalla y leyendo mis opiniones. Y aún me alegré más, cuando te identifiqué con tus comentarios, me sentí seguro y me lancé en una carrera desaforada en escribir para llamar tu atención.
Quiero que sepas que aunque creas que no, te necesitamos, no para que pases a la historia, sino para que continúes participando con nosotros en llamar la atención de los que sufren y no pueden manifestarse, por los motivos que sean. Estas piedrecillas no pararan el país, ni las denuncias servirán para mucho, pero creará inquietud y miedo en los que siempre han mandado, y sabrán que les estamos espiando para denunciar en nuestra pantallita las mentiras a las que creen estamos acostumbrados. Todos te necesitamos, no lo olvides.

INDALESIO 1/11/2010

2 comentarios:

  1. .... Yo también te he reconocido a tí por la foto!
    :-)

    ResponderEliminar
  2. POR ALUSIONES

    Hablando el otro día con un amigo mientras comíamos un arroz caldoso al estilo de los montes en buena paz y armonía, le decía que no me quiero parar a considerar mi pasado, que voy a esforzarme en no ser un abuelo cebolleta a la manera de los que cuentan batallitas. Si tuviéramos un pasado decente no tendríamos que hacerlo recurrente: le dije a mi amigo que lo que más había hecho en mi vida era el gilipollas, (decía Borges que el peligro de decir ironías sobre uno mismo es que los amigos se las creen). A mi me basta, en el supuesto de que me toque una parte alícuota del mensaje, con la llamada a la colaboración, con poner el pie en el borde que separa lo que está siendo de lo que va a dejar de ser.
    En las memorias de un famoso noble español que coqueteó con la izquierda se cuenta que durante la guerra civil, al llegar de madrugada a las afueras de un pueblo, encontró a un recién ahorcado y que lo que más le impresionó fue el mal gusto del sujeto al que le asomaban unos calcetines rojos por debajo de la sotana. Siempre habrá alguien capaz de reírse de las muecas de dolor que hacen los tristes en los entierros de sus seres queridos y ese es el peligro de airear lo íntimo. No obstante si yo soy el amonestado, acepto la reflexión aunque eso suponga demasiada pretensión por mi parte. Aunque pueda que no sea yo porque Indalesio sabe que cuenta con mi apoyo y, por supuesto, con mi amistad.

    ResponderEliminar