Desde luego no fue en el colegio, porque me eduqué en un colegio de jesuitas, y no era estilo al uso hacer crítica, serías gravemente reprendido.
Tampoco en mi familia el uso de ser crítico era algo habitual, teníamos gran respeto al padre, y él no hacia uso delante de nosotros de lamentarse críticamente. Y no porque fuera un hombre autoritario, sino porque se había acostumbrado a no ser crítico, como todos los españoles que habían vivido la guerra civil.
Entonces ¿por qué comencé a ser crítico con muchas cosas? En primer lugar por lo que vi durante mis años de educación jesuítica, aquellas desigualdades de trato me producían grandes enfados. Tantos que me negué a seguir sus indicaciones, y me invitaron ha abandonar su disciplina.
En mi familia continuaba todo igual, no era habitual hablar mal de ninguna circunstancia, y como la posguerra fue larga, su influencia debió ser de mucho peso. Solo después pasados los años entendí porque respetaba tanto a mi madre, defendía a muerte a sus hijos y tapaba las carencias con su sacrificio, me dio fuerza cuando lo he necesitado y me enseñó a ser generoso, como era ella.
Después descubrí en la Universidad la literatura, pero los libros que deseaba leer no los encontraba, solo sabía de ellos. También descubrí la represión para con los necesitados, un obrero de la construcción murió en mis brazos mientras lo llevaba al Hospital después de recibir un disparo, fue en la huelga de la construcción de Granada.
Así fue apareciendo un espíritu crítico durante años, al principio de forma ruda fruto de mi desconocimiento, y conforme mi formación fue aumentando con razonamientos algo más elaborados.
Entré en contacto con grupos de izquierda, que me enseñaron mucho y que indicaron que las críticas las realizara de puertas para fuera, pero que el partido no permitía la autocrítica.
Mi maestro de profesión me enseñó una norma que la hice mía, “si algo te va bien, cámbialo por otra que te vaya mejor” y claro para tanto cambio se necesita mucho razonamiento crítico.
Cuando este país cambió, y comenzó la democracia, me entusiasme con mis análisis críticos, unas veces eran escuchados y otras eran ignorados. Pero no me callaba nada, seguía el principio de que debía decir lo que sentía, previo paso por el tamiz del raciocinio. Llamaba la atención en algunas ocasiones la crudeza de razonamientos críticos, pero no andaban muy alejados de la realidad.
Ahora, encuentro muy pocos amigos que sean críticos, algunos sí y fuertes, pero los menos. La tolerancia con las deficiencias del sistema son grandes, y a lo más que se llega es a lamentarse, pero sin sentido crítico alguno. Quizás porque los medios reproducen lamentaciones y pocos análisis serios, y también porque ¿para qué? si las capacidades de absorber son tan desarrolladas que da igual lo que digas, nada cambia.
Felicidades LIU XIAOBO, maestro.
Insistiendo en la idea de Indalesio, estoy firmemente convencida que la crítica y el debate son dos elementos imprescindibles además de muy valiosos para el avance en cualquiera de los ámbitos. Sin embargo es difícilmente entendido como tal y vemos que los cargos de las diferentes entidades o empresas llevan mal la crítica, por el contrario reconocemos con demasiada facilidad una legión de pelotas y sumisos que alimentan en todo, caso según entiendo, la involución. Para nuestra desgracia…..
ResponderEliminarCande.Gasbe
Un montañero avanza por el monte, camino a través, lleva un gran trecho hecho. Le pica una víbora, le duele, se enfurece, coge un palo y... persigue a la víbora hasta matarla, El veneno, entretanto, se está repartiendo a gusto por todo su organismo.Reacción.
ResponderEliminarOtro montañero mas camemas, flemático, sufre el mismo incidente.
. Deja la víbora en paz. Se sienta, se hace un torniquete, llama a los compañeros, etc.
Me ha venido a la mente esta historieta, porque en el asunto de la critica, tan necesaria, no siempre se acompaña de la celebre proactividad. Palabreja tanto más fea cuanto- creo- que ha sido especialmente usada en la gestión de empresa para afinar en la productividad-explotacion, pero tiene una enseñanza, cual es aquello de “a dios rogando y con el mazo dando” Para mí la crítica, para su dinamismo completo, debe ir acompañada de: ¿ Bueno, en mi área concreta de influencias qué hago yo para cambiar las cosas?.Y hacer algo: proactivadad. Claro que no anula esto la eficacia de la crítica como enjuiciamiento, diversión, pero es más coherente con la”proactividad”de vez en cuando ¿?.
Así que muy bien Indalesio, además con esa evocacion a Liu Xiabou... ¡ qué putada que se utilice el marxismo, una vez más, contra los derechos mas elementales...!