SEMANA DE PASIÓN ..... FUTBOLERA

FÚTBOL


Al pairo de la histeria futbolera de la que estoy hasta el bebes (esto era una artimaña de gorrones: el que se pegaba decía que estaba hasta el bebes o que le dolía el bebes y si, por un casual el taimado preguntaba ¿qué bebes? el listillo contestaba, un tinto maestro) por tanta exhibición de bandera borbónica, de patrioterismo ramplón, de tanto niñato harto burger (antes se decía de tanto cateto harto papas), para acumular razones de que no es al fútbol sino a sus atributos a quién ataco; diré que me crecieron los dientes, por no poner groserías, dando patadas a pelotas de papel, de trapo, de corcho y de vez en cuando de cuero. Que he jugado en todas las categorías amateur, incluida la tercera división de aquellos heroicos campos de terrones, sin bandas ni asientos, barbechos ocasionales, con aficionados que lo más amable que hacían era invadir el campo para decirte de cerca cabrón hijo de puta cara a cara, de hombre a hombre, sin tanto miramiento como ahora se tiene. Instalaciones sin duchas ni retretes, que si te venía un pronto tenías que retirarte a un sembrado y limpiarte con una piedra. Campos de sufrimiento, de pasión local en donde se fraguó el dicho de pueblo pequeño infierno grande; desde ahí protesto por tanta chorrada colectiva. Pero lo que me interesa resaltar es que veo el poder actual de la FIFA como el que en otro tiempo pudo tener la Iglesia Católica Apostólica Romana (ICAR o RICA) que dominó la histeria colectiva durante siglos. Las procesiones se me figuran como partidos de fútbol y la semana santa como el campeonato del mundo. Por encima de estados y gobiernos manejaban a las masas como ahora lo hacen los futboleros. Dentro de lo necesario que son estas cosas prefiero el fútbol al rezo, el trasiego sexual que conlleva el mundial al intercambio de jaculatorias y letanías (aunque en el sur la semana santa se consideraba época de ligue). Pero me molesta el bandereo, el nacionalismo y la manipulación de algo tan relajante como un partido jugado en campo chico entre dos equipos de veinte niños cada uno en el que si lograbas darle una patada a lo que fuera te considerabas un héroe y aquella noche soñabas con la gloria.

CIRANO

2 comentarios:

  1. Cirano, creo que nuestro Presidente Zapatero conoce muy bién estos efectos de los que tú nos hablas y además los utiliza, fíjate de que manera, que es él, Presidente del Gobierno, quién ha asumido la Secretaría de Estado del Deporte!!.

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