LO RELATIVO DE LA RELATIVIDAD





La teoría de la relatividad es como un poema, imagina una realidad fuera de la realidad, hace del observador un poeta que interpreta de manera subjetiva, no lo que ve, sino lo que piensa que está viendo. Dice que lo único constante es la velocidad de la luz y que el tiempo y el espacio, aunados en una metáfora curva, pueden ser interpretados por el espectador. Para que luego venga uno a tomarse las cosas en serio tratando de confiar en lo que ve. La teoría de la relatividad se basa en la física cuántica o al revés. Cuando se imagina uno lo que está dentro de la materia (si es que hay materia) hasta llegar a lo mínimo, encuentra sorpresas que te alejan de la realidad como ocurre con los sueños. Y es que no somos, o al menos no nos comportamos, como lo hace la sustancia en la que nos sustentamos y en especial los quarks, esas imaginarias partículas que están dentro de las partículas de las partículas. Cuando los científicos se ponen a colocar ceros detrás de una coma para señalar dimensiones intratables, es como si te arrastraran a un desierto donde te das cuenta que el infinito lo llevas dentro de ti y que no consiste más que en el miedo al infinito.
Einstein manejó la física con el sentimiento que le negó, por ejemplo a su hija. Por ser tan sentimental con los fenómenos físicos dejó de serlo con los humanos; pero sabía que poseía el don de la clarividencia y que al mostrar su tabla con la ecuación, era como Moisés cuando reveló los mandamientos al pueblo elegido. En cualquier caso nadie entendió nada, pero todos siguieron al pastor porque esa es la obligación del ganado. A principios del siglo XX la física se sustentaba en la existencia del éter que no existe, como hasta Galileo se había sustentado en la existencia de Dios, que tampoco existe. Ahora todo gira en torno al Big Bang que nadie ha demostrado. Cuando se demuestre que la velocidad de la luz no es constante y que el Big Bang no es el principio habrá que buscar otros dioses que guíen a la manada.

CIRANO    JUNIO 2011

6 comentarios:

  1. La mayor parte de los grandes mitos de nuestra historia han sido desmontados. Afortunadamente existe el entendimiento, para demostrar lo que se pueda demostrar, y poco a poco van cayendo mitos. Por desgracia eso no justifica la existencia de Dios, es mucho más simple, basta solo con decir y pensar que Dios no existe.

    ResponderEliminar
  2. Cirano en esta ocasión es de justicia en mi opinión felicitarte por tu artículo, me ha gustado y no tanto por la conclusión, que es evidente, pero sí y mucho por la construcción y cómo no, por tus metáforas e ironías.Me he divertido mucho leyéndolo.
    Sólo te preguntaría si mientras averiguamos lo de la velocidad de la luz, nos hacemos mitocientíficos?
    A propósito de los agujeros negros y el Big Bang recuerdo una anécdota de un chico compañero de clase en el colegio decía lo siguiente : “En realidad entender el universo no nos sirve de mucho, porque, yo por lo menos, apenas salgo de mi casa. Me sería más útil en realidad entender cómo funcionan las cañerías de mi edificio o el funcionamiento de la cadena de mi inodoro que siempre se desarma y tengo que meter la mano en la pared para levantar ese misterioso tubito de goma.”

    ResponderEliminar
  3. Magnífico, Cirano. Una discrepancia (boutade en el sentido francés?): La ciencia es una construcción emergente de “la manada” elaborada y expresada por una voz, la del científico. ¿ Podría éste serlo en urna de cristal. ? Si eliminamos la “manada” seguro que toma ímpetu el “diseño inteligente.”

    ResponderEliminar
  4. Me gustaría poder entrar al trapo del resquemor que produce la ciencia. Nos guste o no, la inteligencia, la belleza o el salero no están distribuidos de manera equitativa. En urnas o en pelotas hay genios que han contribuido a entender el mundo, que han inventado los antibioticos o que nos han proporcionado el medio de comunicarnos a través de la entelequia virtual.

    ResponderEliminar
  5. "EL SABIO MUERE MUCHO MENOS QUE EL LOCO"
    G. Deleuze

    ResponderEliminar
  6. Bueno, si lo dice Gilles Deleuze,amigo editor, pues habrá que arrimarse al sabio, aunque sea mucho menos divertido: " me queé encerrao fuera del hospital," dijo un loco.

    ResponderEliminar