( 14 DE ABRIL)
Todas la generaciones vivas después de la guerra civil, conocían el Parlamentarismo por las noticias del mundo exterior, y porque en nuestra historia sabíamos que fue causa de muchos desastres y de una fraticida y horrorosa guerra civil. Pero apostamos por ello, como la mejor manera de mejorar nuestras vidas, para respetarnos y sacar a este nuestro país del grave abuso que uno tenía sobre el resto. Costó trabajo dar el paso, porque la resistencia de los vencedores de la guerra civil y de sus aliados, era enorme, y no necesitaban negociar ni discutir leyes con los ciudadanos, pero a fuerza de insistir se abrió un poco la puerta para comenzar las deliberaciones.
Parecía apasionante como se pedían explicaciones, como se manifestaban los distintos puntos de vista, como los intereses diferentes se tenían que respetar, y como la representación de las mayorías eran las vencedoras.
El tiempo fue pasando y nuestra democracia parecía madurar, cuando se pedía explicaciones al gobierno, se apreciaban las dificultades para dar respuestas, incluso cuando los errores fueron graves, como aceptar una guerra o las desviaciones electorales por el atentado del 11 de marzo, vimos las debilidades de los mentirosos y como los españoles se dieron cuenta de esos errores, abandonando el apoyo a los gobernantes.
Pero los últimos años, debido a la postura intransigente de unos, los populares, y la incapacidad de otros los socialdemócratas, el espectáculo de las discusiones democráticas han perdido interés. Y conforme los días pasan y las crispaciones continúan, lo que debía de ser Némesis democrática, ha pasado a ser un corral donde los únicos argumentos son los insultos y las descalificaciones.
¿Qué interés tiene entonces el parlamento? A espalda de las representaciones populares, se negocian las decisiones y solo se acude para votar y sacar adelante las resoluciones, pero debate nada de nada. Solo insulto, más insultos y uso de medias verdades y medias mentiras.
¡Ya basta señores políticos! Están dañando la democracia y su parlamentarismo, hagan política que es el único camino por donde debemos discurrir nuestros intereses ciudadanos. Sino este pueblo, que parece indiferente, les castigara en sus elecciones, votando pluralidades o en blanco, y dando la espalda a los dos grandes partidos políticos.
INDALESIO Marzo 2011
Tantos años de dictadura hacen pagar un enorme tributo, los años de descubrimiento de la democracia, los años de consolidación, y la posterior sedimentación de los valores, cuando ya las necesidades básicas están cubiertas. Y para todo eso se necesita tiempo y mucha formación. De momento en lo único que piensan muchos políticos es en mantenerse y en vivir de llevar los asuntos a las clases pasivas.
ResponderEliminarOtro de los pilares que esta sociedad tiene como defecto es que no realizó la revolución burguesa, y por tanto anda demasiado perdida, buscando cuales son sus intereses. Si queremos una transformación rapida, La Revolución.
El envilecimiento de la parlamentaridad es junto con la corrupcion la gran amenaza para la democracia. Il fodra faire quelque chose. Por ejemplo, abrir debate en la red sobre el voto en blanco. Ver de qué va http://mesasdeconvergencia.wordpress.com/ u otras iniciativas
ResponderEliminary aunar fuerzas con gente que les preocupa la situacion.
CIRANO ha dejado un nuevo comentario en su entrada "PARLAMENTARIDAD":
ResponderEliminarA LA TERCERA LA VENCIDA
Tan acostumbrados estábamos durante la dictadura a leer entre líneas y a hablar con eufemismos que hemos mantenido esa perversa costumbre sin ser capaces de llamar a las cosas por su nombre. El que paguen traductores en el Senado para verter lo que el cordobés Montilla dice en mal catalán (que se entiende casi todo) a unos compadres con los que habla sin intérprete en el bar del Congreso es una muestra de la ficción en que vive este país y una demostración de la falta de sensibilidad de los dirigentes en época de crisis, además de una carencia absoluta de la tan española sensación de ridículo.
Para entender estos polvos hay que conocer los lodos de los que proceden. España se unificó con los Reyes Católicos al grito de Santiago y cierra España. Su mayor esfuerzo guerrero, en el que lapidaron las ganancias del descubrimiento, consistió en combatir el progreso protestante opuesto a los abusos estrafalarios del papismo. El atavismo de entrega ciega al amo se repitió no hace mucho con la estúpida afición de Aznar por Bush, personajes que es posible destaquen por cosas distintas a la inteligencia. La prevalencia del fanatismo religioso y la incultura han propiciado el mantenimiento del estilo roñoso de gobierno español, si se exceptúa la época republicana. La Restauración que no Transición, fue un ir de los Borbones a los Borbones pasando por Franco. El que se percibía como continuismo subconsciente lo prueba que Felipe González se paseara en el Azor sin inmutarse (sin transformarse, siguiendo siendo lo que era), también lo asumen así quienes persiguen y quienes no remedian que se procese al juez que cuestiona le legalidad de los crímenes del régimen lanzadera.
Algo parecido se vivió con la desaparición de otro esperpento, Felipe II. Cuando el pueblo se enteró de la muerte del solitario del Escorial respiró aliviado esperando cambios reales, pero pronto vio que Felipe III era un incompetente que dejó el Estado en manos del duque de Lerma donde empezó el trapicheo, el amiguismo y la corrupción que todavía colean.