Conocido de sobra es el caso que le dieron a juzgar al gobernador Panza cuando regía la ínsula Barataria:“Señor, un caudaloso río dividía dos términos de un mismo señorío (y esté vuesa merced atento, porque el caso es de importancia y algo dificultoso). Digo, pues, que sobre este río estaba unapuente, y al cabo d’ella, una horca y una como casa de audiencia, en la cual de ordinario había cuatro jueces que juzgaban la ley que puso el dueño del río, de la puente y del señorío, que era en esta forma: «Si alguno pasare por esta puente de una parte a otra, ha de jurar primero adónde y a qué va; y si jurare verdad, déjenle pasar; y si dijere mentira, muera por ello ahorcado en la horca que allí se muestra, sin remisión alguna». Sabida esta ley y la rigurosa condición d’ella,pasaban muchos, y luego en lo que juraban se echaba de ver que decían verdad, y los jueces los dejaban pasar libremente. Sucedió, pues, que, tomando juramento a un hombre, juró y dijo que para el juramento que hacía, que iba a morir en aquella horca que allí estaba, y no a otra cosa. Repararon los jueces en el juramento y dijeron: “Si a este hombre le dejamos pasar libremente, mintió en su juramento, y, conforme a la ley, debe morir; y si le ahorcamos, él juró que iba a morir en aquella horca, y, habiendo jurado verdad, por la misma ley debe ser libre”.
Sabido es también que Sancho lo absolvió “pues siempre es alabado más el hacer bien que mal, y esto lo diera firmado de mi nombre, si supiera firmar”.Y habiendo tenido noticia del agudo y elevado entendimiento de los usuarios del Garrotín, me enviaron a mí a que suplicase a vuesas mercedes de su parte diese su parecer en tan intricado y dudoso caso.
En lo que a mi respecta esta es mi sentencia: El señor de la horca y de la puente demostró originalidad al plantear esa peregrina manera de administrar justicia, por lo que no me extrañaría fuera sensible al reto del que se atrevió a subir el envite al límite del farol y acabara nombrándolo maestre de la puente. El cuento es una disyuntiva maniquea y el gobernador Panza responde a ella como cristiano viejo. A mi me parece que, por lo general, los gobernantes son útiles cuando no hay problemas pero que cuando éstos aparecen (véase la crisis económica o Fukushima) muestran su incompetencia. En esas circunstancia la sociedad demanda líderes atrevidos e inteligentes, la baraúnda de pretendientes no sirven, su inutilidad es manifiesta, preciso es que Ulises vuelva a Ítaca.
Hermano mío, si el mismo aliento y valor que habéis mostrado para defender esta leyenda le mostrárades, y aun la mitad menos, para defender vuestra inteligencia, las fuerzas de Hércules no os hicieran fuerza. Andad con Dios, y mucho de enhoramala, y no paréis en toda esta ínsula ni en seis leguas a la redonda, so pena de docientos azotes. ¡Andad luego digo, churrillero, desvergonzado y embaidor!
ResponderEliminarAnte una situacion especialmente intrincada, si le decía sí reforzaba su interpretacion errónea, seguida de consecuencias graves; si le decía no se enfurecía " porque siempre le das la razon a ella" y tambien tenía graves consecuecias.
ResponderEliminarEntonces le dije: me encuentro como en el ejemplo siguiente:
"Dijo el maestro Zen a su alumno:
'Si dices que esta vara es real, te golpearé con ella.
Si dices que esta vara no es real, te golpearé con ella.
Si no dices nada, te golpearé con ella"
Respuesta espontanea: ¡¡ vaya primor de maestro !!, con lo que con una carcajada conjunta se deshizo el encorsetamiento.
Hay que salirse del campo de interaccion, metacomunicar, -dice la teoria de la comunicacion- para deshacer las paradojas
Si es verdad que los poderes son maniqueos y sus comportamientos se ajustan más a las coyunturas, que a la literalidad de nuestras leyes (lo de nuestras es una boutade)Vease el comportamiento de la justicia con la legalización de partidos (Sic)Además ni siquiera tienen pudor para el engaño.
ResponderEliminarPor eso la sabiduria del pueblo es mucho más clarividente que la de los letrados,deformados con pompas y birretes.
Estoy aquí para que me matéis, dijo Osama bin Laden a la patrulla norteamericana cuando dejó ir las pistas para que lo localizaran; pero si lo hacéis os colocáis a mi altura, lo mismo que los exaltados que aplaudan mi muerte, con lo cual gano yo. Si no me matáis también gano porque mantengo el espíritu de los que matan. ¿Qué es, no ya lo justo, sino lo inteligente?
ResponderEliminarUna opción, que no arrastra votos, hubiera sido hacerlo desaparecer en silencio. (Hace bien el gobierno español en no utilizar el término guerra con el terrorismo, aunque hubo una mente que se tiene por preclara que se empeñó, además, en hacerla sucia, porque en la guerra todo está permitido).