Aunque siendo y sintiendo se mayor parece que ya todo está visto y
vivido, aún quedan sorpresas que nos remueven en la butaca y nos
producen inquietud y de las grandes. He de advertir que por motivos
que no vienen a cuento me he jubilado de los zafarranchos de las
letras políticas, los motivos me son muy íntimos y no deseo
compartir por su crudeza pero si advertir que estoy aún más
desinhibido si es posible y doy mi opinión con cierto grado de ira e
indignación. Quizás también se deba a la enorme saturación de
análisis políticos que pululan por las redes sociales y platós de
televisión, que ha terminado por invadir todas nuestras entendederas
de forma radical, y desequilibrar nuestras opiniones con los
dualismos de los buenos y los malos, algo que está provocando una
autentica catarsis en las relaciones de los pueblos de todas los
continentes. Como bien supones querido lector, me estoy refiriendo a
la aparición de los grupos de vándalos de extrema derecha que se
está extendiendo por todas las naciones como fenómeno mimético
pero sin ideología ni referencias históricas. Desde la aparición
del cenutrio que gobierna los Estados Unidos se están multiplicando
las referencias en otros países tanto del continente europeo como
asiático o americano, pero con la misma violencia de expresión y de
manifestación. Y para más sorpresa ahora toca en nuestro país,
sin supuestamente preparación y de forma espontanea nos aparecen
doce diputados para gobernar nuestra sorprendida Andalucia. Pero no
nos engañemos, este supuesto nacimiento no ha sido por generación
espontanea, es una creación del Partido Popular que le permite abrir
el espacio político y recoger votos de los más descontentos e
ignorantes. Para colmo, los votantes de la izquierda indignados por
la torpeza de los social-demócratas que gobernaban, y que una vez
más han demostrado que la tibieza ideológica que los sustenta es
una torpeza que ha inducido a la abstención. La conjunción de ambas
proyecciones políticas ha provocado la perdida de la soberanía en
nuestra región andaluza y su recuperación sera difícil y larga, y
pasara ineludiblemente por la reconstrucción ideológica y la puesta
en valor de las políticas sociales. Cuando se enteraran los
socialistas que es necesario el dinamismo político que siempre
acompañó a sus cuadros y algunos dirigentes, y que la tibieza de
sus acomodados máximos responsable solo provocó corrupción e
indiferencia de la militancia que nos ha conducido a la perdida de la
soberanía popular. Ahora habrá que luchar mucho y en buena lid para
reconquistar la dirección y la soberanía de este nuestro pueblo y
contribuir a los demás conjunciones de los pueblos del estado.
INDALESIO
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