El
centro de gravedad es el punto que resume la geometría de un cuerpo.
Es donde se aplica la fuerza que atrae hacia una masa mayor, en
nuestro caso el centro de la Tierra. En teoría, si un humano se
acerca a otro de masa (física o intelectual) significativamente
superior a la propia, se debería producir una atracción
gravitacional que de acuerdo a la estética del momento no se
produce.
El
centro de gravedad puede que también concrete la personalidad. El
mío está situado en los hombros, en una zona cercana a la columna
cervical, justo donde esta bisectriz inclina su teórica rectitud
hacia adelante dando lugar a la chepa. Los gordos lo deben tener por
el ombligo y los intelectuales en algún lugar de la corteza frontal.
Un descubrimiento confidencial de la Factoría Churriana Valley
informa sobre un sistema de identificación para móviles y otros
instrumentos de control que consiste en cotejar el centro de gravedad
personal al ser la característica más genuina del individuo. La
única dificultad que conlleva sustituir el carné de identidad por
las coordenadas del centro de gravedad es que éstas se modifican con
el tiempo y si antes estaban en la espalda con los años pueden
acabar en el trasero.
La
trayectoria que dibuja a lo largo de la vida sobre la anatomía ha
mostrado ser el rastro personal más fiel de la biografía (es lo que
en física cuántica se conoce como “tubos” de universo). Por
ejemplo, el mío que como he dicho antes se encuentra en la chepa, ha
seguido un itinerario curioso. Empezó muy bajo, al nivel de la ingle
y fue subiendo con aspiraciones de alcanzar alguna estructura mental,
pero se desvió hacia la espalda donde parece estar atascado. Como no
creo que a estas alturas sea capaz de escalar hacia la zona noble,
prefiero que se quede donde está porque, entre otras cosas, estoy
acostumbrado a la postura que me condiciona. Ese es otro detalle a
tener en cuenta: el garbo o la esbeltez dependen del lugar que ocupa
el centro de gravedad personal, porque el general refleja con quien
te juntas y lo que lees. Para terminar, advertir que no hay
trasplantes de centros de gravedad ni tintes para camuflarlo, así
que cada cual tiene que pechar con el suyo que como todo lo
biológico, también envejece. El mío, incluso, es mayor que yo.
CIRANO
No hay comentarios:
Publicar un comentario