Después
de dedicar toda mi vida profesional como psicólogo a la reinserción
de los delincuentes condenados a prisión, sigo creyendo que en ésta
se puede trabajar para que mejoren aquellas capacidades que
favorezcan su voluntad de no delinquir cuando regresen a la sociedad.
También he comprobado que los programas de tratamiento no siempre
dan resultado con todos los tratados. Podría afirmarse que
fracasarán cuando el penado no admite la autoría del delito y, en
consecuencia, su responsabilidad en el mismo. Posición que es más
frecuente en delitos contra las personas de especial gravedad
(muerte, sexuales) y/o alto rechazo social (económicos, corrupción).
Y
hasta ahí llega lo que he aprendido en mi trabajo directo con los
penados que, como profesional, pueda aportar al respecto de la
prisión permanente.
Por
ello y por compartir que sea la reeducación y reinserción social la
orientación de las penas privativas de libertad (artículo 25,
Constitución Española), como ciudadano, me opongo a este tipo de
condena que generaliza en base al delito cometido sin tener en cuenta
la persona.
Aun
sosteniendo esta postura clara contra la Prisión permanente
revisable, también entiendo que haya quienes la apoyen. Por lo que,
para evitar el enfrentamiento directo entre los ciudadanos, como
demócrata me parece justo que sean los diferentes partidos los que
en sus programas mantengan una postura u otra, a fin de defenderla
luego en el Parlamento.
Miguel
Carreño Carreño
Cuerpo
Superior de Técnicos de Instituciones Penitenciarias.
Para Platón la única manera de alabar es definir la naturaleza de la cosa y explicar los efectos que produce. Claridad y concisión son, pues, las cualidades de un buen discurso y es lo que les falta a los políticos. Por eso es de agradecer la aportación que hace el autor desde la experiencia. Lo que habría que conocer es por qué una mayoría de la población se deja llevar por el discurso de que a mayor castigo corresponde menor número de delitos, cosa no demostrada. Debe ser el sustrato profundo del vengativo ojo por ojo que tanto se ha aplicado a lo largo de la historia.
ResponderEliminarFalta de información o predominio de informacion sesgada, amarillista, para alimentar y retroalimentarse de la ansiedad colectiva, reactiva, tras un crimen horrendo.Y una premisa básica: también esos horribles crímenes son consecuencia de una complejidad de factores, remotos y presentes, que en la inmensa mayoría no remiten a conductas futuras inmodificables... y ese es el trabajo admirable de profesionales como el Sr. Carreño
ResponderEliminarPuedo comprender que es duro y difícil aceptar los delitos graves, pero existe la redención y rehabilitación de los penados. Con un tiempo de treinta años se tiene lugar para recapacitar y llegar a comprender la remisión de la pena y la rehabilitación del comportamiento. Si no lo logra la ciencia deberá desarrollar medios y métodos para aplicar al irredento
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