La curiosidad ha sido el
estímulo del progreso. El mono saltó a tierra por necesidad pero se
hizo trashumante intrigado por lo que escondía el horizonte. Ese
deseo de conocer impulsó al hombre a la aventura. Cuando se dio
cuenta de lo poco que era, incitado por el miedo y acorralado por el
tiempo, buscó en la religión la explicación de lo oculto. La
ideología se segregó de las creencias cuando la ciencia empezó a
explicar misterios que eran patrimonio de los dioses. Tener algo que
decir y no encontrar a quien decirlo es el destino de la sabiduría,
contar con público y no tener nada que decir, el de los políticos.
Uno de los especímenes que proliferaron al olor de la tarta de la
democracia fue la de los rojos asociados de los que se dieron varios
subtipos ya que lo único que se les exigía era hablar mucho sin
decir nada.
Por poner un ejemplo se
puede aludir al chusquero que logró pasear su bigote por la Torre
del Oro tras ser durante una temporada matoncillo local. En el tiempo
que se trata de evocar con nostalgia distinta a la del Marqués de
Santillana, predominaban los jóvenes por imperativo generacional. La
mesa de médicos púberes que se constituyó para sostener el tema de
las elecciones al Colegio tenía como todas cuatro patas, a saber: un
psiquiatra, un traumatólogo, un bioquímico y un neurocirujano. A su
alrededor se arrimaron algunas sillas y sobre el tablero se
propusieron muchas jugadas.
La principal diferencia
entre los rojos genuinos (obsérvese que se evita utilizar el término
auténticos) y los asociados, era y sigue siendo, que los primeros no
aprenden y los segundos se las saben todas. Los rojos de calado que
estudiaban a Marta Harnecker creyendo lo que leían, mantuvieron el
aire ingenuo de colaboración hasta que por edad los quitaron de en
medio; por su parte, los de aluvión que se sirvieron de ellos como
instrumental fungible, han creado escuela. El aprendiz del que se
habla mostró, junto con un colega que llevaba de palmero,
subordinación perruna cuando lo eligieron como martillo de herejes
para controlar a cierto figurón que creía ser más de lo que era
hasta el punto de entrar en planta impartiendo bendiciones.
La compota que guisan
algunos entre religión e ideología elabora platos tan sabrosos como
suponer que lo bueno para ellos es bueno para todos, lo que traducido
a la filosofía del patatero condecorado viene a significar que el
conseguir la dirección del centro además de un éxito personal
significaba una bendición para la tropa. Como otros advenedizos, en
cuanto calculó que había hecho méritos para alcanzar una jefatura
se dejó caer por la carrera profesional como el que no quiere la
cosa. De ahí el valor de los que apostaron fuerte por la política
sacando los pies de la clínica para no volver a pisarla si no era
como gestores de empresas privadas.
CIRANO
La memoria es indulgente con uno mismo y crítica con los demás. “Recuerda al otro como te gustaría que te recordaran a ti”, predicaba el brahmán indio Naper. Los retratos son archivos que como decía Picasso si no se parecen al modelo ya se parecerán. El Inocencio X de Velazquez es de tal calado sicológico que hizo exclamar al Papa el célebre “tropo vero” cuando lo vio. El retrato literario define al escritor. El detalle mordaz, el punto irónico, el aire de venganza que se percibe en la galería acercan más al ajuste de cuentas que a la reflexión. Los hechos de la naturaleza carecen de sentido ético: la escena de un león matando un cervatillo no es justa ni injusta, responde a la necesidad. En los escritores esa necesidad también se mueve por instinto, el valor lo adjudican los lectores. En definitiva, se vive para interpretar la vida. Lo único que le pediría a Cirano es que rebaje, si puede, el aire de suficiencia que, por otra parte, es imprescindible en lo auténtico ya que lo que no sale del alma no llega al alma.
ResponderEliminarEstos retratos tienen elegancia literaria y no le falta enjundia filosófica y alcanzan perfiles de los personajes bien encajados: Confecciona buenos trajes a los personajes Cirano..., claro que por aquí o por allá se infiltre la "proyeccion" no empaña la elegancia del texto y resta poco a la esencia de lo descrito.
ResponderEliminar11 jun. 2017 22:39:28
Quizás solo quizás, esos retratos identifican al autor de estos perfiles que por indicación o deseo necesita hacer una proyección de sus frustraciones. Yo soy ajeno a estos mundos pero siempre resulta lo mismo en todos los centros de producciones, la envidia y la vesania aparecen por doquier y ocultos detrás de un nombre ficticio se dicen algunas memeces.
ResponderEliminarAsí es la vida.
Me alegro de que se suscite un mínimo de debate porque ese debería ser el objetivo de un blog con postulados tan provocadores. Estoy de acuerdo con las observaciones de Arquehomo (¿hombre viejo, o antiguo?) y agradecido a las precisiones de Birlibirloque. En Memorias del subsuelo escribe Dostoievski: “Yo solo escribo para mí… Observaré, en paréntesis, lo que Heine dice de que una verdadera autobiografía es casi imposible, y que el hombre está obligado a mentirse sobre sí mismo.” No soy consciente de mentirme pero no me extrañaría que los hechos y los personajes no fueron tal como los describo. Si el recuerdo del pasado no se acomoda al presente, te destruye. Por eso apelo a un pasado protector y me dejo llevar por la lujuria creativa que es la única que puedo permitirme.
EliminarEl onanismo podría superar la lujuria creativa, y cuando se es perezoso como pudiera ser el caso, las satisfacciones producen mala literatura. Pero si continúe con sus ejercicios de remover la historia, que por demás no significó nada, solo quizás un intento fallido de aparecer por la puerta entornada de los médicos, pero nada de dejar huella. Existe algo más que su ombligo señor CIRANO
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