Suele
ser costumbre en los Hospitales públicos y mucho más desde que se
imparte docencia, que se desarrollen reuniones docentes tanto para
repasar lo ingresado de urgencia, como las sesiones clínicas para
enseñanza de los residentes y miembros de cuerpo médico. Aprendimos
que para tomar decisiones había que buscar lo que se llama
evidencias, cuando existen suficientes se pueden plantear las
soluciones con un mayor número de posibilidades de no errar. Ayuda y
no poco, la evidencia basada en la experiencia, más propias de los
veteranos que han conocidos muchos casos y pueden aportar sus
conocimientos por amplia experiencia.
En
consulta ví una joven de no más de veinte años que le traían en
una silla de rueda. Le hice la historia clínica donde llamaba la
atención varios miembros de su fratría padecían de una enfermedad
neuromuscular autoinmune. Como no tenia ni idea del tema completé su
exploración y le pedí estudios analíticos y radiográfico. Estaba
algo pasada de peso y no podía conseguir mantenerse de pie, porque
se balanceaba hacia adelante y caía. La cité en dos semanas y
mientras me enteré de este grupo de enfermedades, leí libros y
revistas y pregunté a internistas y rehabilitadores. Con el acopio
de información elaboré una secuencia de datos para evaluarla,
valoración de capacidad pulmonar, biopsia muscular , agotamiento
muscular y un largo y extenso estudio que me llevo algo más de las
dos semanas. Cuando la volví a encontrar en consulta, estaba muy
contenta y me dijo que jamás se habían tomado tanto interés por
ella y que le había dicho a su madre que yo sería su médico
siempre. Avisé a médico rehabilitador y ambos valoramos su
capacidad de mantener una bipedestación y marcha, tenía una severa
hiperlordosis estructurada que le impedía la corrección.
Con
toda la información la presente, en Sesión Clínica se discutió
intensamente las opciones, incluidas las quirúrgicas y se pidió
informe a los Neumólogos y a la UCI. Descartamos que pudiera
soportar la intervención quirúrgica sobre todo porque era muy larga
y agresiva, ya que había que corregir todo la columna dorso –
lumbar con implantes vertebrales . Con la decisión completada le
dije a la paciente que queríamos verla en la sesión conjunta, pero
no acudió. Extrañado le pregunté a la secretaria y me dijo que la
paciente se ingresaba el día siguiente para quirófano por orden
superior. Confuso me sentí ninguneado y me fui a otros asuntos,
cuando al día siguiente pregunté por ella me enteré que estaba en
quirófano y que yo tenia carga de trabajo en las consultas.
Bastante indignado me enteré de que la paciente no había conseguido
superar la intervención quirúrgica y que después de varios días
había muerto en la UVI por insuficiencia respiratoria. Después de
una bronca importante con el responsable, solicité la excedencia y
abandone el Hospital.
INDALESIO
23/12/2016
Ignoro los años transcurridos pero despierta una gran inquietud lo narrado. No solo los políticos tienen intenciones aviesas, es espantoso e iluminado.
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