… Mariano Rajoy me
largaría a mi registro de la propiedad, seguiría el fútbol los
fines de semana en la tele y me dejaría de corretear en chándal por
parques públicos para hacer como que me gusta el deporte. Le haría
la peineta al presidente de honor del partido hasta que me salieran
agujetas en el dedo y haría propósitos de no mentir más y no
servir a amos que te ningunean. Lo sé, no soy millonario ni dependo
de un patrón que me atosiga, no soy ni siquiera rico. Pertenezco a
la clase media alta que no se ruboriza por recibir sobres marrones
bajo cuerda, cosa que no se atreven a hacer los funcionarios honrados
ni los capitalistas con vergüenza. Bastante mal he quedado para
seguir aguantando al personal.
… Pedro Sánchez me
tomaría unas vacaciones para meditar y enterarme si el coco está
tan bien amueblado como el bodi. Cuando bajo para Andalucía recuerdo
lo que estudié en el colegio sobre los reinos de taifas. Eran unos
caudillos que se hacían fuertes en sus cortijadas, se peleaban entre
ellos y atacaban al califa en nombre de Alá. Ninguno de los
reyezuelos del territorio cree en el socialismo y dudo que en la
democracia, lo único que les interesa es salir en el periódico
local y presidir los pasos de semana santa. La sota de espadas es una
mandona que no ha hecho nada en su vida (igual que yo) excepto
politiquetear y marear la perdiz. Tiene la suerte de que los que la
precedieron sembraron el campo de avena con lo que no tiene más que
ajustar peonadas para llenar el pesebre. Pero me cae gorda la
chulería de pescadera y el discurso de rociera que se trae. Cuando
vuelva de las vacaciones decidiré si dedicarme (¿a qué?) o seguir
en política.
… Pablo Iglesias
esperaría asistir el entierro de mis enemigos aunque eso no sea una
buena noticia porque ya les había
pillado el tranquillo. La duda que tengo es si
seguir siendo un borde o moderarme, porque lo que pueda coger con una
mano se va por la otra. Me he dado cuenta de
que no se me dan mal los juegos malabares pero sospecho que
tarde o temprano me cogerán el truco y el monte dejará de ser
orégano. Para las duras que vendrán necesito algo más que las
mareas y las agrupaciones de vecinos. El empoderamiento del personal
es más peligroso que un saco de bombas y algún día me tendré que
poner la corbata. Por suerte que Monedero se decapitó él solo y que
Pablo Echenique está aparcado en Aragón sin meterse en líos. Con
las mujeres como apoyo en Madrid y Barcelona me va de maravilla y
estoy a verlas venir.
… Albert Rivera me
lamentaría de haber mentado la bicha al final de campaña cuando ni
hacía falta ni venía a pelo. Una y no más, he aprendido que los
instintos en política son como el comer ajos y cebolla, que decía
Don Quijote, por donde saquen por tu olor tu villanería. El desliz
me ha costado treinta escaños o más y una mancha difícil de lavar
porque el feminismo…, bueno mejor será no meneallo. Por sí o por
no lo primero que haré será pasar por el peluquero y renovar el
vestuario. Tampoco hay que darse prisas,
los hechos demostrarán de lo que soy capaz.
… Alberto Garzón me
iría de penitencia a Jerusalén y me daría varios golpes de cabeza
contra el Muro de las Lamentaciones
antes de subir al Calvario donde mis camaradas me crucificarán junto
a Gaspar Llamazares que a pesar de todo hará de buen ladrón y Cayo
Lara que hará de malo. Entre todos apelaremos al patriarca Julio
Anguita que nos recordará lo del sorpasso y lo del programa.
CIRANO

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