Algunos sesudos
pensadores científicamente llamados politólogos advirtieron la
aparición de una revolución que modificaran los comportamientos de
los ciudadanos del mundo desarrollado, y por eso de la globalización
que se pudiera extender a muchos lugares de la tierra, y para nuestro
caso la muy sufrida España. La mayoría nos sentamos a verlas venir
con un entusiasmo adaptado a lo inesperado, y si vimos algunos fuegos
artificiales, algún gesto heroico más sujeto a actitudes éticas
personales y alguna resolución política que despertara esperanza de
acabar con los habituales comportamientos bélicos.
En nuestro marco europeo,
los problemas planteados han continuado el mismo signo, el solo
planteamiento de soluciones nada de nada. Solo mencionaré el echo
migratorio, medio millón de personas del mundo árabe huyen de una
guerra auspiciada y armada por occidente. Se les aceptan pero que
cada cual se las busque como puedan, y además mucho cuidado porque
vienen de una cultura musulmana y esos son los enemigos del
cristianismo y lo que quieren es la invasión silenciosa y progresiva
para construir el Gran Imperio. Los americanos deciden continuar de
nuevo la política bélica, por un lado mantener su presencia en
Afganistan y por otro pagarles a los rusos para que les hagan el
trabajo sucio de masacrar el pueblo Sirio .
En un plano más cercano
tenemos el ejemplo de la industria del automóvil, posiblemente más
dañina que las guerras, se arreglará con unos cuantos miles de
millones de euros y servirá para ser gestionada por los mismos que
indujeron la gran estafa de la contaminación.
Hasta ahora el panorama
no es muy alentador y la modificación de los comportamientos de la
gran revolución capitalista no deja de ser abusiva y aburrida por
su reiteración, y además sangrante, menos mal que a los españoles
(solo los que queramos serlos) tenemos el espectáculo de la política
catalana. Todo el gobierno catalán y los alcaldes acompañan al
desmelenado President que organiza una manifestación para presionar
al poder judicial catalán. Ese mismo poder judicial que tendrá que
juzgar los casos Palau, los negocios de Pujol, los tres por ciento y
el largo etc habitual ya en la política del país catalán que tan
gran futuro parecía tener.
Así que continuaremos
avizorando el piélago para ver si algo nos sorprende y nos redime de
la tristeza que nos produce este esperpéntico espectáculo de la
gran revolución capitalista.
INDALESIO Octubre 2015
Estamos adocenados y ellos lo saben
ResponderEliminarDe acuerdo contigo Indalesio. Pero estamos perdiendo las batallas aunque tenemos algunas bazas en nuestro trabajo entre la sociedad que sigue sufriendo o que serán en pasillo para el sufrimiento de las futuras generaciones si no seguimos con los brazos cruzDos y mirándonos el ombligo de las perfecciones políticas.
ResponderEliminarAlgunas veces hemos intercambiado opiniones sobre el inicio de estar crisis programada por el neocapitalismo. Crearon un laboratorio donde fundamentalmente los trabajadores fueron y son los cobayas y al final nos han hecho vulnerables a todas y cada una de las decisiones antidemocratricas y con total opacidad. Pensemos lo que será la firma de la TTIP, da miedo.
En una democracia ¿ sería aceptable que el Banco de España en contra de la opinión de sus peritos certifique que la contabilidad presentada y firmada por R.Rato como presidente de BANKIA es GUENA, si repito es GUENA, porque buena no lo es. Y que la audiencia diga que no es testifical las cuatro cajas que le requisaron junto con un maletín al mismo individuo . Seguramente las cajas eran de mantecados y el maletín era para guardar el maquillaje para las cuentas. Nada es de recibo pero el neoliberalismo al montar el laboratorio lo podía imaginar buscando la precariedad de los contratos de trabajos de los negreros hacia los esclavos. Y todo esto bajo el palio de la democracia. Saludos estimado amigo Manuel Ruiz