Durante
un placentero paseo por los montes de Málaga, tres amigos, colegas
por demás, mientras disfrutaban de los encantos limpios de la
naturaleza y al tiempo que rendían tributo al sosiego de la etapa
vital que los lleva, platicaron sobre algunos temas de actualidad a
sabiendas de que lo único que existe es la actualidad. Lo que quiera
que sea la vida responde al devenir irreversible del tiempo, insumiso
a cualquier tipo de retroceso. A pesar de que siempre se avanza,
progreso significa novedad. Lo importante es que, al margen de
ciertos repullos, los caminantes utilizaron las palabras para
entenderse que es para lo que se inventaron. Por eso sorprende que
los implicados en la representación democrática del día 24 crean
necesario asegurar haber entendido el mensaje de las urnas, lo que
casi asegura que habrá pactos que contradigan lo aclarado,
demostrando que algunos no entienden del todo lo que significa
entender.
La ciencia no promete la
verdad absoluta pero se rige por el rigor absoluto. El único dogma
que defiende la ciencia es que no hay dogma. Al otro lado de la
seriedad científica está la política o tratado de lo público.
Aunque el hombre es el animal social más desarrollado la convivencia
acaba siendo penosa por redundante. Cuando un matrimonio ni siquiera
discute es que se ha diluido el cemento y flota sobre sus despojos.
La manera aburrida que tiene el PP de interpretar la convivencia se
alegró cuando nos enteramos que metían mano en el cajón del
dinero. Considerando que la única respuesta que tiene el Presidente
para defender la honorabilidad de su tropa es el tú más, es posible
que las filtraciones cainitas que denunciaron la libertad de hurto
estuvieran motivadas por lo mismo que dio lugar al primer fratricidio
referenciado de la historia: por envidia, por ese si robas más que
yo me chivo. A la política debería exigírsele el rigor de la
ciencia y a los ladronzuelos creyentes del PP que cumplan con sus
principios.
Si todos los que hemos
votado algo distinto al repartidismo (reparto del poder según
encarte) pensáramos de la misma forma, podría postularme como
portavoz y asegurar que lo único que pedimos es honradez y
transparencia. A partir de ahí se me apagan las luces para la
interpretación política de los resultados y apelo al séptimo
mandamiento de la ley de Dios que manda no robar y al devaluado
octavo que recomienda no levantar falsos testimonios ni mentir.
CIRANO

¡Marinerito, sabes tú lo que pasa en las Españas?... Tú no sabes cosa ninguna porque eres un rapaz, pero yo te lo diré... En las Españas, pasa que todos los que mandan son unos ladrones...
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