Habíamos
tenido la gran esperanza de que nuestra vieja Europa fuera
transformándose gradual y progresivamente para adaptarse a un siglo
donde se aunaban experiencias potentes que enseñaban lo que nunca se
debió ejecutar. Teníamos un fracaso del capitalismo, una superación
discutida del materialismo dialéctico, una grandísima corrupción
de unas casposas casta de políticos que habían decidido vivir de
robarnos lo que nos pertenece y habíamos dejado en el quicio de las
cortes. Desaparecido el estado del bienestar, que solo pudimos
degustarlo, apareció la superación de la crisis, que resulta que no
se va nunca superar, que es la revolución permanente para que las
clases necesitadas nunca salgan del agujero de la hambruna.
Desigualdades como consecuencia que ha reconvertido el cuerpo social
de la nueva sociedad, ricos muy ricos y pobres muy pobres. Además un
hecho que asombra a todos, la paz social cuesta poco, en España 425
euros, algo más, bastante más en el resto de Europa.
Pero,
somos muchos y los más salvaje mente tratados son los países del
sur, como consecuencia de partidos ñoños y añejos, sin otras miras
que llenarse los bolsillos del dinero que genera la miseria, y
gobernados por un grupo sin ideología, viejos e ignorantes, que se
alternan en su silla del poder. Bueno, pues lo único que ha generado
ha sido una esperanza de ser entendido, por gente joven y con
conocimiento, que ha hecho desaparecer la carga ideológica y
las viejas maneras para hablar en plural y en nombre de los que más
padecen, esos de Podemos y de Syriza que desean cambiar las formas y
los abusos, pues eso se han convertido en lo enemigos, los
innombrables de Europa, los que piden que les bajen los intereses que
les imponen los usureros de los club de prestamistas.
Alemania,
o mejor su respetada y admirada Merkel, que tiene la memoria
frágil y más la memoria histórica, amenaza con cerrar las puertas
para los que no cumplan con su plan económico de ajustes, algo que
ya nadie creé porque hasta el banco central europeo, ha bajado los
intereses, sabiendo que lo que hasta ahora se ha realizado no deja
de ser usura. Ya vasta y ese vasta que permita que el capitalismo se
desarrolle como cada país decida y que las fuerzas políticas se
recompongan como mejor quieran .
Apoye
los cambios económicos y sociales pero sin estorbar ni intervenir
señora Merkel. Y deje que podamos echar de este país y de Grecia
a los casposos conservadores.
INDALESIO
Enero 2015

Muy bueno, Indalesio... y que los casposos vuelvan a sus guaridas...pero con los bolsillos vacíos
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