La
información que disponemos es la de la prensa y a lo más, de algún tratado de
historia Geopolitica. Es verdad que existen expertos del mundo árabe que nos
cuentan los peligros del Islamismo, pero la información que disponemos es con
mucho, bastante interesada y partidista.
No
es mi intención hacer un análisis en profundidad de los acontecimientos del
mundo árabe, solo manifestar algunos aspectos que me llaman la atención.
En
primer lugar aprendimos de la historia, que el mundo árabe domino gran parte de la rivera del Mediterráneo, que su cultura
contribuyó con mucho en el desarrollo de la civilización Occidental y por
supuesto Oriental. Que compartimos mesa y mantel durante bastantes siglos y que
después, como siempre suele ocurrir, la decadencia y la ambición nacionalista
de otros les llevo a retirarse a los confines originales de sus territorios,
agrupándose en tribus según sus costumbres y sus intereses, no siempre
belicosos.
Que
aprovechando sus debilidades, los dominadores anglosajones siglos después,
dividieron los territorios según intereses geopolíticos y económicos. No sin
antes liquidar el imperio Otomano, y sumir todo Oriente en un mundo pobre,
dividido y con mezclas de tribus.
Si
bien es verdad que solo los pueblos son los responsables de su destino, el
mundo árabe ha sido empujado hacia una situación contradictoria, por un lado
los muchos recursos naturales de que disponen y sus consecuentes petrodólares,
y por otro la permanente provocación de las distintas cruzadas que el mundo
occidental envía para introducir una
cultura que para nada les interesa.
Consecuencia,
las enormes cantidades de dólares que enviamos a cambio del petróleo, esta
financiando una confusa y extraña guerra santa llamada Yidahismo. Estos pueblos
fundamentalístas y constantemente instigados por las cruzadas occidentales, han
organizado una guerra santa que, con toda seguridad será muy difícil de
controlar y apagar. Solución les van a bombardear.
Es
que acaso no existe la posibilidad de que ellos arreglen sus dominaciones y que
arreglen a su vez sus contradicciones. No podemos olvidarnos, de que su mundo
no es nuestro mundo, y que su forma de hacer las cosas es muy diferente a la
nuestra.
Quizás
peque de ingenuo, pero el resultado de todos los inventos occidentales, desde
las cruzadas hasta la última guerra de Siria y de nuevo Irak, han resultado un
gran fracaso, y daños colaterales de muchos cientos de civiles muertos.
Dos
acciones se pueden hacer, no agitar el avispero del mundo árabe, queriendo
llevar una cultura que no les pertenece, ni venderles armas para que continúen
con su guerra santa. Por último, cuantas más acciones se desarrollen contra los
islamistas más odio se generara y más ganas de venganza se desarrollaran en los
estados islámicos.
Bien
es verdad que el tema es mucho más complejo, pero ¿y si empezamos por lo más
básico y menos contaminados por intereses?
INDALESIO Sep 2014
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