Primera.
Un investigador del Centro Interplanetario ha difundido el contenido de varios
contactos tenidos con extraterrestres. Sin aportar datos que demuestren que lo
que dice es verdad y asumiendo una actitud prepotente de amenaza basada en la
seguridad de lo desvelado, se limita a enumerar una serie de obligaciones para
los humanos a cambio de protección, añadiendo lacoacción de castigos terribles
si sus órdenes son desoídas. Asegura que sus interlocutores le han dicho que
todo ser vivo que se precie debe, en primer lugar, reconocer la superioridad de
los siderales si no quiere ser aniquilado y en segundo,sufragar el boato con el
que el visionario piensa envolver los centros afines a sus ideas. La
justificación del dominioque piensa ejercer se basa en la quimera del control
de la fusión fría que produce energíasuficiente paradevastarla tierra. Como
evidencia de su poder, los alienígenas se proclaman autores de los fenómenos
naturales que han arrasado parte del planeta en los últimos tiempos, como los
tsunami de Haití y Fukushima, los terremotos de Chile, México, Perú o la erupción de volcanes en Sudamérica y Australia.
Segunda.
En el mismo orden de cosas un prelado de mala jeta sigue manteniendo que su
autoridad le viene de lo que llama el Dios verdadero, en cuyo nombre amenaza al
excéntrico país llamado España con el apocalipsis si no se legisla contra la
libertad de la mujer para decidir su embarazo o si no se proclama verdad
verdadera, no evidencia jurídica, que el atentado del 11 M fue obra material de
ETA y espiritual de los socialistas. El mal bicho este arremete contra la
integridad moral de los que acusa, sin obligarse a
demostrar nada, diciendo que
tales y cuales vertieron sangre de víctimas inocentes por oscuros motivos
políticos, sin que el fiscal general del Estado se atreva a denunciar la
infracción legal que tal inculpación conlleva, porque en el fondo este gobierno
y buena parte de ese atrasado país que se llama España sigue creyendo que el
hijo, el padre y el espíritu santo no son tres sino uno o dicho de manera más
clara que son tres en esencia y uno en potencia, o tres en persona y uno en
cuestión, o tres en uno como ese lubricante tan eficaz.
Resumen.
Contrastadas ambas noticias, la del investigador y la del predicador, la prensa
califica al primero como lunático y al segundo como sensato sin haber sometido
a ninguno de los dos a pruebas médicas. Sostiene que una verdad puede
establecerse por el hecho de que muchos la crean y que una certeza necesita ser
contrastada por el método científico, cosa que ahora, con los recortes en I +
D, no es posible.
CIRANO
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