El problema de
estos tiempos (o al menos uno) es que se ha perdido el sentido de la heroicidad
y aunque hay quienes se sienten llamados al liderazgo, la mayoría somos carne
gremial. Mirad si no los líderes que nos dirigen y los medios por los que han
conseguido subir al pedestal ¿Qué atractivo intelectual tiene Rajoy y el equipo
que ha concertado? ¿Qué habría que hacer para desbancar a esta menudencia de la
dirección política? La heroicidad no se lleva y ahora solo se juegan la vida
quienes asaltan vallas fronterizas. Las expediciones que en otro tiempo se
aventuraban a conquistar mundos, ahora las fletan las mafias para desembarcar
en playas repletas de bañistas o encallar en arrecifes cuajados de policías.
Los otros que apuestan algo son los tramposos que cuentan con el aparato del
Estado de compinche y a la justicia de asesora. Pero tampoco exponen tanto: o
se retiran a residencias cómodas cuando los pillan,
aduciendo cansancio, o se ofrecen como tertulianos para escarbar en los posos
de la podredumbre. Todos tienen sus seguidores, porque cuando se impone lo
roñoso cualquier escorzo sirve de entretenimiento. Nos comportamos como si en
el mundo físico en el que vivimos no actuara la entropía, esa irremediable
fuerza destructora que arrastra el tiempo. Vivimos como si los vientos bogaran
a nuestro favor y no al contrario. Sin darnos cuenta de que si nos dejamos
llevar por lo cotidiano acabamos convertidos en basura. Lo colectivo se
renueva, mientras que lo individual se consume. La vida es como la llama de una
vela, con ella podrás encender otra, pero ella misma se agotará. Todo lo que
tienes está fuera de ti. Todo lo que te dan está fuera de ti. Todo lo que
compartes está fuera de ti. Tuyo no es más que la vida. La expresión de la
vida, que es la salud. El disfrute de la vida, que es la alegría. Pero por esas
cosas no luchas; las tienes por secundarias. Cuando aprendamos a valorar lo
prescindible, estaremos en paz porque no anhelaremos lo innecesario. Entonces
los políticos no tendrán más remedio que ser serios.
CIRANO
Aburrido de las parcas palabras que nos obsequian televisión y papel escrito, me refugio en la lectura de Platón y albricias mis pensamientos tienen algún parecido. "Llego a la conclusión que la Democracia como forma de vida colectiva deseable ha fracasado" y "La política ha dejado de ser la suprema necesidad del espíritu"
ResponderEliminarTenemos que volver a leer a Platón, allí hay mucha sabiduría escondida.
La filosofía tiene todavía menos porvenir que la política y tanto Cirano como Indalesio están más allá que pa ca.
ResponderEliminarEncajo lo que a mi se refiere, pero a pasos largos se llega antes.
EliminarMe gusta llevar los pantalones caídos y que se me vea tatuaje. Aún así, la filosofía es el producto del pensamiento y el camino para la felicidad.La política es una burda herramienta de convivencia y a veces de alimentar a los choris.
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